Más de 140.000 cubanos fueron detenidos desde octubre hasta mayo pasado en la frontera de México y Estados Unidos, en lo que constituye una de las mayores migraciones de la isla en décadas.
El impresionante número supera a los 125.000 que salieron del puerto de Mariel entre el 15 de abril y el 31 de octubre de 1980.
Durante los últimos dos años, que coincidieron con una fuerte crisis económica en Cuba y con la pandemia del COVID-19, la cifra de personas que abandonó la isla creció de 14.015 en el año fiscal 2020 a 140.602 desde octubre pasado hasta mayo de este año, de acuerdo a los datos de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Según consigna el periódico El Nuevo Herald, la mayoría de los migrantes cubanos llegan a la frontera con México, aunque algunos también lo hacen en pequeñas embarcaciones al sur de Florida.
El diario citado informó que los cubanos que se encuentran en el mar generalmente son enviados de regreso en virtud de un acuerdo migratorio cerrado con el régimen castrista después del éxodo de balsas cubanas en 1994. Sin embargo, a muchos que llegan por tierra se les ha permitido quedarse y solicitar asilo.
Washington acordó la semana pasada impulsar “vías legales” para los migrantes en la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, donde fueron excluidos los representantes de la dictadura cubana.
Estados Unidos reanudó en mayo un programa de tramitación de visados en La Habana, con el que pretende emitir 20.000 visas de inmigrante a cubanos anualmente.
Es una puerta casi media abierta, dijo Michael Bustamante, de la Universidad de Miami, pero todavía insuficiente. “Deberíamos dar la bienvenida a la tan esperada reanudación de los servicios consulares en la embajada de Estados Unidos en La Habana”, expresó a Reuters. “Pero en comparación con la demanda, 20.000 (…) parece una gota en un balde”, añadió.
En las afueras de las embajadas de varias naciones latinoamericanas en La Habana, el discurso diplomático de los últimos meses se pierde en una neblina de calor, con largas filas y requisitos consulares que cambian rápidamente.
Con opciones limitadas para la migración legal hacia Florida, muchos cubanos optan por volar a Nicaragua, que en noviembre eliminó los requisitos de visados para los cubanos que luego prueban suerte en una arriesgada ruta terrestre hacia el norte buscando la frontera con Estados Unidos.
Sin embargo, los elevados costos han llevado a muchos cubanos a buscar alternativas de vuelos por Panamá, Colombia y Costa Rica, entre otros países.
Una serie de nuevos requisitos de visa en esas naciones conducen a la confusión y la frustración, dijo Yaneris Betancourt, de 37 años, quien viajó más de 4 horas en un transporte público desde Matanzas, en las afueras de La Habana, para llegar a su cita en la embajada de Panamá.
Betancourt dijo que ella también había tenido problemas para entrar a los sitios web de las embajadas. Los cubanos a menudo sólo tienen acceso a Internet por teléfono con cobertura irregular y añadió que había perdido dos vuelos durante dos meses debido a retrasos para conseguir la cita.
Más recientemente, una medida del Banco Central de Cuba impulsó a muchas embajadas a comenzar a cobrar los servicios de visas en dólares o euros, dos monedas disponibles mayormente para los cubanos mediante las remesas o en el mercado negro.