El FOCSA, cuyo nombre debe a que fue construido por la asociación Fomento de Obras y Construcciones Sociales Anónimas (FOCSA), ha logrado impresionar a los habaneros por décadas por su novedad tecnológica e imponente construcción en una de las zonas más privilegiadas del Vedado capitalino.
Su construcción comenzó en febrero de 1954 y se concluyó en junio de 1956, por lo que entre que se puso el primer bloque y el último pasaron 28 meses.
A finales de 1952, Goar Mestre, propietario de CMQ Radio y Televisión, se le metió en la cabeza construir un edificio de apartamentos para sus artistas y empleados, por lo que adquirió el terreno del club Cubanaleco por 700 000 pesos.
Fue así que los tres hermanos Mestre, Goar, Abel y Luis Augusto, junto a Pepín Bosch, de la casa ronera Bacardí, y Julián de Zulueta, propietario y presidente del Banco Continental, se unieron para la realización de uno de los más grandes proyectos constructivos que ha visto Cuba en toda su historia.
Por aquel entonces, no fueron pocos los obstáculos que tuvieron que sortear para llevar a cabo tamaña obra, ya que algunos aseguraban que al ser tan alto el edificio, sus vibraciones y oscilaciones podrían ser dañinas para la salud humana, y que su estructura de hormigón lo haría poco rentable, económicamente hablando, a partir del piso 18. Se demostró lo contrario, ahorrando un 5% en el presupuesto de los pisos bajos y un 18% en los pisos más altos.4 La estructura de hormigón se hizo con muros continuos que van desde los cimientos hasta la azotea. Para su construcción no se utilizaron grúas.
Lo cierto fue que no sucedió ni lo uno ni lo otro, ya que varios estudios demostraron que incluso con vientos de 240 km/h, su parte superior podría moverse no más de diez centímetros, lo cual era insignificante tanto para el estado del gigantesco edificio, como para la salud de sus moradores.
El FOCSA, cuya concepción inicial contemplaba que vivieran en él unas 5000 personas, cuenta en total con 30 pisos de apartamentos y 9 de usos múltiples. Además, posee de 29 niveles y 373 apartamentos con vista al mar y al malecón habanero (entre ellos siete pent house y dos duplex).
Cada piso contaba con trece apartamentos. De esos trece, cinco apartamentos tenían tres habitaciones y un cuarto auxiliar (cuatro) y ocho apartamentos de dos habitaciones y un cuarto auxiliar (tres). Los apartamentos con cuatro habitaciones costaban 21.500 pesos y los más pequeños costaban 17.500 pesos. Conforme se ascendía, el precio variaría unos 30 pesos adicionales. Aunque los más altos eran más caros, fueron los que primero se vendieron.
Su curiosa forma de “Y” destacó por ser novedosa para la época y ocupa una superficie 10.000 m². A su vez, posee una cisterna de 300.000 galones de agua y tiene capacidad para 500 parqueos de automóvil.
El FOCSA constituyó una operación inmobiliaria fenomenal. La mayor y más ventajosa operación de venta de inmuebles que se ejecutó en Cuba en todos los tiempos. Llegó a considerarse una pequeña ciudad, autosuficiente, dentro de otra ciudad, con sus propios mercados, tiendas, restaurantes, garages y hasta escuela. En su tiempo, se consolidó como la segunda construcción más alta de hormigón en el mundo, siendo el Edificio Martinelli, de Sao Paulo, el primero.