Cuando el gobierno cubano autorizó las nuevas licencias de trabajadores por cuenta propia en la isla, Ianeya Borego decidió colgar su toga y abandonar las leyes para dedicarse a la fabricación artesanal de pan junto con su esposo. Ella es quizás la única en Cuba que es capaz de producir Pan integral, pan negro, pan de pasas, pan de leche y un gran número de exquisiteces exclusivas…
Borego encontró una posibilidad en el mercado y se dispuso a explotarla junto a su esposo, llegando a elaborar productos que no se comercializan en ninguna otra panadería estatal.
Gracias al acceso a internet, Ianeya Borego comenzó a investigar sobre las diferentes formas de hacer el pan. De esta manera, logró incorporar recetas de origen europeo y recibir numerosos elogios por parte de varios amigos extranjeros que han quedado muy complacidos con su trabajo.
En un primero momento se hicieron de una máquina para hacer pan, pero no pasó mucho tiempo para que cambiaran de idea y comenzaron a elaborar el pan de la manera tradicional. Al todos los ingredientes ser naturales y no emplear ningún elemento químico, su producto no llega a coger moho y se mantiene comestible por una semana.
Durante sus inicios, el negocio avanzaba muy lento y solo se limitaba a algunos pedidos ocasionales. Sin embargo, poco a poco fueron llegan más clientes y hoy Ianeya sueña con tener su panadería propia, aunque sea un pequeñita en la que los visitantes puedan disfrutar de sus creaciones y hasta tomarse un café.
El sueño de Ianeya puede que sea algo lejano. Especiualmente ahora que el estado ha comenzado frenar a la empresa privada y se encunetra persiguiendo a capa y espada el “enriquecimiento desmedido”. A esto se le suma la inestabilidad del suministro de materia prima y las pocas opciones en el mercado mayorista.
Fuente: OnCuba
