Resultaría difícil de creer que un grupo de trabajadores de Labiofam, en Cuba, fueron expulsados por tener la ocurrencia de ponerle por nombre “Hugo y Ernesto” a las dos nuevas colonias que serían vendidas en las tiendas de la Isla. Sin embargo, así sucedió. Aquí te lo contamos todo.
Corría el mes de septiembre de 2014 cuando algunos medios de todo el mundo se hicieron eco de la noticia que Cuba estaría lanzando dos aguas de colonia con los nombres Hugo y Ernesto. La prensa señalaba que se les llamó de esta manera a modo de homenaje al difunto presidente venezolano Hugo Chávez y al líder revolucionario Ernesto Che Guevara.
Ambos perfumes serían producidos en Labiofam, el principal laboratorio farmacéutico cubano. La fragancia Ernesto tenía un aroma cítrico con un toque de madera y talco, mientras que Hugo era más suave y afrutada, con olor a mango y papaya.
Según la información que comenzó a circular en ese momento, ambas fragancias serían creadas con fórmulas pertenecientes a una firma francesa. Los perfumes Hugo y Ernesto recordaban otros que llevan nombres de celebridades, pero no era común que llevasen nombres de figuras políticas.
El equipo de diseño de ambas fragancias estuvo a cargo del bioquímico Mario Valdés, quien dedicó más de un año y medio al proyecto junto al personal que lo acompañó. Incluso los familiares de ambos líderes fueron consultados y se mostraron satisfechos.
“No queríamos crear propaganda, sino rendirles homenaje y contribuir a que sus nombres perduren”, comentó Valdés en aquel entonces.
Todo se complicó dos días más tarde, cuando en una nota publicada por el oficialista Granma. El Consejo de Ministros de Cuba no daba el visto bueno a la utilización de los nombres Ernesto Che Guevara y Hugo Chávez para comercializar las colonias y dio a conocer la inmediata expulsión de sus respectivos puestos de trabajo a quienes habían promovido la iniciativa.
