Justo en frente del hotel Copacabana se encuentra el Gelato, una cremería italiana con su propia producción. Con una oferta que incluye más de 16 sabores elaborados a partir de frutas y combinaciones tradicionales, exóticas y extravagantes, este negocio ha sabido cómo ganarse la popularidad entre los habaneros.
Cada semana en el Gelato se estrena un nuevo placer, su dueña nos cuenta:
“Contamos con 2 o 3 sabores de reserva para ir sustituyendo los que se van agotando. Siempre estamos innovando con helados hechos de sabores poco comunes: de remolacha, aguacate, trigo, higo, mamey, guanábana, boniato, cerveza, mojito. También hacemos helados sin leche y sin grasa para los que padecen de intolerancoa a la lactosa o se quieren mantener en la línea. Los más vendidos son los de almendra, vainilla con cereza, almendra y vainilla chip”, detalla.
Su dueña, Yanetsi, se casó con un italiano y al probar el gelato (variante regional del helado) sintió que eso era justo lo que hacía falta en Cuba.
“A los habaneros les gusta mucho el Gelato porque es un producto artesanal de Italia, y porque el helado que se vende en Coppelia es industrial, tiene otra calidad, otro precio y otro tipo de público”, comenta.
La tarea no fue nada fácil. En las tiendas cubanas, Yanetsi trata de adquirir la mayor cantidad de productos, pero algunos como el chocolate y la pasta de pistacho o de avellanas las tiene que comprar fuera de la Isla e importarlas con cuentagotas, como artículo personal, porque las leyes cubanas aún no permiten que los cuentapropistas puedan importar la materia prima que necesitan para trabajar.
