El túnel de La Habana se inauguró el 31 de mayo de 1958. De esa forma quedaba enlazada la capital cubana con las tierras al este de la bahía, comprendidas dentro de llamadas “Zonas de Influencia del Túnel de La Habana”.
Por el Decreto 1230 de 1958 el Gobierno declaró que las tierras al este de La Habana eran de “interés turístico” y por tanto se prohibía a los particulares la instalación de comercios, vendutas o vallas publicitarias de cualquier tipo.
Desde el principio el túnel fue muy popular porque acortó sustancialmente la distancia con las zonas de las playas del este que habían experimentado un vertiginoso proceso de urbanización desde la construcción de la Vía Blanca.
Sin embargo, cruzarlo no era gratis. Inmediatamente se establecieron quisquillosas tarifas para el pago del peaje por el uso del túnel:
– Automóviles de pasajeros y pisicorres: $ 0.20
– Motocicletas, motonetas e izetas: $0.20
– Camiones de dos ejes y cuatro ruedas: $0.30
– Camiones de dos ejes y seis ruedas: $0.35
– Camiones de tres ejes, unidad simple: $0.45
– Camiones de tres ejes con remolque: $0.50
– Camiones de cuatro ejes o más: $0.60
– Ómnibus: $0.60
Como opción para aquellos que tenían que hacer uso del túnel de forma constante por residir al este de la ciudad o por cuestiones de negocios o servicio público se estableció una tarifa especial: Por $60.00 semestrales los automóviles podían realizar cuantos crucen desearan en ese período de tiempo.
El túnel de La Habana, considerado una de las maravillas de la arquitectura cubana fue construido por la compañía francesa Societé des GrandsTravaux de Marseille entre 1957 y 1958 y para su realización fue necesario Para su edificación fue necesario dragar más de 250 mil metros cúbicos de rocas y 100 mil de arena.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 pasó a ser operado por el Estado cubano que suspendió el cobro del peaje y asumió todos los costos de operación.
