Aquel que piense que los cubanos que viajan a Miami en busca de mercancía para revender en el mercado informal de la isla, hacen las compras en Walmart o en los famosos “pulgeros” está totalmente equivocado, esa época ya ha quedado atrás y ahora “los chinos” son los que terminaron ocupando el lugar de proveedores de cuanto deseo comercial se les ocurra a estos “viajeros-comerciantes” cubanos.
Paquetes con una docena de ajustadores por 5 dólares, memorias USB de 16 gigas por 4 dólares y bolsas de cintos de hombres por 10 dólares, son algunas de las ofertas que se encuentran entre cientos de vestidos, enseres, cosméticos y una infinidad de productos a precios tentadores.
Los cubanos ya saben donde tienen mejores oportunidades para hacer de su viaje a Miami un negocio más lucrativo y por eso ya los esos almacenes de la Ciudad del Sol tienen nombre de bautizo: “Los Chinos”, y están jugando un rol fundamental en la historia del mercadeo que une económicamente a las “dos orillas”.
Los recientes estudios que fueron publicados por el Cuban Research Insitute de la Universidad Internacional de la Florida confirmó que las exportaciones de este “mercaderes” a la isla ascienden a los 3 billones de dólares anuales en bienes, cantidad que dejaría realmente sonriendo a los que aseguran sobre la “ferocidad del embargo estadounidense”.
Lo increíble es que porciento nada despreciable de estos bienes son adquiridos en “Los Chinos”.
No hay nombre en los almacenes, solo numero para identificarlos. Caminando por las zonas de Hialeah, Miami Gardens y las áreas cercanas al aeropuerto internacional de Miami son fáciles de encontrar las naves que, como su bautizo cubano indica, provienen del lejano país asiático.
“Los Chinos”, quienes para mucho son de los mejores negociantes del mundo, han sabido sacar provecho de la necesidad de mercancía económica que buscan los cubanos para poder sacar unos “quilitos” en la isla y el flujo de viajeros que asisten a sus almacenes para comprar es incontenible.
Es cierto que ellos no venden solo para cubanos, pero es fácil comprobar, si llegas un fin de semana a cualquiera de esos almacenes, que más del 90% de sus ventas son gracias a los clientes provenientes de la mayor de las Antillas.
En las afueras de estos enormes mercados mayoristas es común ahora encontrar tamales, reguetón cubano, pizzas y “cortaditos” acabados de colar, siempre para complacer con un paquete identitario completo.
Los almacenes son enormes; en el interior, bajo brillantes luces de neón, y con filas de mesas mostrando camisetas perfectamente dobladas, pantalones de lycra, bragas de nylon y ropa interior para hombres.
Nada cuesta más que unos pocos dólares, y los precios bajan al comprar por docena.
Miami es el verdadero gran socio comercial cubano. Y “Los Chinos” lo saben demasiado bien.