La última edición de la revista soviética SPUTNIK que circuló en Cuba fue el número correspondiente al mes de noviembre de 1988. Se dice, que esta fue la que sacó de quicio a Fidel Castro hasta el punto de desaparecerla del país.
En la citada edición, un extenso artículo de Yelizaveta Dabrina hacia un recuento de los pormenores de los últimos años de Vladimir Ilich Lenin durante su enfermedad, el testamento en el que comentó las razones para que José Stalin cesara en su cargo de Secretario General del Comité Central y en el que prácticamente se asegura que una disputa entre Stalin y la esposa de Lenin, puedo haber acelerado la muerte del líder bolchevique.
La Revista SPUTNIK, cuyo nombre tiene su origen en el satélite colocado en órbita por los soviéticos en el año 1957, tan solo sobrevivió durante 21 años, ya que en 1991 fue clausurada tras el colapso de la URSS en 1991.
Para muchos esta revista era considerada la contraparte de la reconocida Reader’s Digest, de Estados Unidos, la cual, pese a que se editaba en siete idiomas, muy pocos países la importaban por su mala calidad en las traducciones y textos.
Algo que llegó a sorprender a no pocos fue el hecho que, con la llegada de la Perestroika y la Glasnost, SPUTNIK pasó a ser un medio de prensa muy demandado que todos buscaban para mantenerse actualizados de lo que en realidad sucedía en la URSS.
En sus páginas comenzaron a aparecer historias que los comunistas soviéticos jamás hubiesen dado el visto bueno a que lo hicieran: las razones de las invasiones soviéticas, la libertad con la que contaban los soviéticos de “a pie” para decir lo que pensaban, las dificultades económicas, la imagen del burócrata comunista, los filmes prohibidos, entre otros.
Los medios periodísticos de la época se hicieron eco de que, cuando el máximo líder cubano vio una foto en colores de Mijaíl Gorbachov sentado junto a Ronald Reagan en el Kremlin, el 30 de mayo de 1988, en el número 11 de la Revista SPUTNIK, lo que se formó en el despacho principal del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, no fue nada fácil.
Una de las primeras cosas que hizo Fidel, cuando presintió la inminente desintegración de la URSS (y todo lo que eso suponía para Cuba), fue ordenar un inventario de inmediato de todas las plantas comestibles, “por si hubiera que echar mano a ellas para alimentarse en caso de guerra”. A su vez, aprobó 28 medidas de austeridad para fomentar el ahorro de divisas.
El 4 de agosto de 1989, el periódico Granma, Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, publicó un artículo titulado »
Una decisión inaplazable», en el cual se exponían una serie de razones por las que en el país quedaba suspendida de manera definitiva la circulación de la Revista SPUTNIK, Novedades de Moscú, entre otras.
Aun cuando la nota fue publicada de manera oficial en agosto de 1989, desde noviembre del año anterior en Cuba se había hecho imposible hacerse con nuevos números de la revista que, en aquel entonces, era quizás la más codiciada por los cubanos ansiosos de libertad.