Poblado Holandés… cuando la Revolución quiso hacer una comunidad europea en Cuba

Redacción

Poblado Holandés... cuando la Revolución quiso hacer una comunidad europea en Cuba

En las inmediaciones de la zona en que nace el pedraplén que une a Cayo Coco con tierra firme, se encuentra un pequeño poblado de estilo holandés que es único en la Isla.

Tan solo 59 viviendas componen este caserío rural, el cual fue construido a inicios de la década de 1960 para que lo habitaran los ganaderos de la zona, con arquitectura similar a los inmuebles de los Países Bajos.

Un pueblo holandés perdido dentro de Cuba

Fue Celia Sánchez Manduley quien ideó la construcción del pequeño poblado para que mejoraran las condiciones de vida de las familias que se encontraban dispersas por toda la Isla de Turiguanó, en la zona norte de la provincia Ciego de Ávila.

No se sabe a ciencia cierta por qué Celia decidió construir casas de estilo holandés en este rincón apartado: si fue por el hecho de que en Turiguanó también hubo que arrebatarle una parte de la isla al mar, si fue porque los holandeses tienen fama de buenos ganaderos, o si fue porque visitó en alguna ocasión la tierra de los tulipanes y le gustó tanto la experiencia que decidió traer uno de esos pintorescos pueblecitos para Cuba.

Un pueblo holandés perdido dentro de Cuba

Por un kilómetro cuadrado se esparcen las moradas con sus techos afinados de dos aguas y cubiertos de tejas rojas, con verjas y jardines, pintadas de color blanco, con ventanas propias de este estilo, chimeneas y pisos altos y líneas propias de la tipología constructiva de las casas rurales de Holanda.

Las pintorescas viviendas rodean a una plazoleta acondicionada para el descanso, entorno en que aparecen también un centro comercial, un consultorio del médico de la familia y una sala de video, todo bien definido por calles, aceras y hermosos jardines.

Un pueblo holandés perdido dentro de Cuba

Las casas yacen encima de una pequeña elevación conocida como la colina del Pavo, en Turiguanó, a unos 480 kilómetros al este de La Habana.

Se trasladaron desde La Habana y Pinar del Río materiales para la terminación de las casas, así como medios de protección de los trabajadores y entraron también los primeros equipos y productos para combatir la plaga en esta región.

Un pueblo holandés perdido dentro de Cuba

El 24 de febrero de 1964 coincidiendo con el aniversario 69 del reinicio de las luchas por la independencia en Cuba, 48 familias recibieron las llaves de sus hogares con todo lo imprescindible para una casa excepto televisión y refrigerador.

La realidad es que este pueblo no se encuentra a miles de kilómetros de Holanda, sino a un mundo de distancia, metido entre la ciénaga y las nubes de mosquitos que molestan en pleno mediodía.

Un pueblo holandés perdido dentro de Cuba

Por su historia y características arquitectónicas, el pueblo holandés resulta una parada casi obligatoria para aquellos que viajan con destino a los cayos Coco y Guillermo, lo cual representa un notable aporte a la economía del territorio.