José María Rubiera Torres es el hombre que durante muchos años se ha mantenido informando al pueblo de Cuba sobre el avance de cuanto ciclón, huracán o fenómeno meteorológico ha tenido algo que ver con la Isla. Este detective de huracanes nació en San Antonio del Río Blanco del Norte, Jaruco, el 22 de enero de 1946.
Según cuenta Rubiera, desde que era tan solo un joven ya soñaba con ser meteorólogo. Además, confiesa que hubiese dado cualquier cosa por haber visto desde La Habana al cometa Halley en 1977, como lograron hacerlo otros en 1910.
Habla tres idiomas además del heredado de su familia de Gijón, España: inglés, francés y ruso. Y detrás del hombre serio que vemos por la televisión, hay un humorista nato.
Durante una entrevista concedida hacer algún tiempo, y en la cual se mostró tan sincero como cuando se dirige al pueblo, el meteorólogo más popular de Cuba reveló algunos detalles de su vida un tanto curiosos para un cubano.
“No sé nadar, ni montar a caballo, ni cantar, ni fumar, ni bailar. En una ocasión me vieron tirar un pasillo una tarde y me dijeron que lo más seguro era que llevara el baile en la sangre, lo que lo más probable es que padeciera de mala circulación y por eso no me llegaba a los pies. En una ocasión desafiné en la canción Cuba qué linda es Cuba, de Eduardo Saborit. Por suerte fue en la isla china de Hainan, y quienes vieron aquello no lo notaron e incluso me aplaudieron como si yo fuese un cantante famoso”, comentó.
En 1970 recibió un curso de Meteorología que se comenzó a impartir en el Capitolio y que concluyó más tarde en el Instituto de Meteorología. Finalmente se graduó de meteorólogo nivel 2, en 1973.
Desde ese entonces comenzó a llevar a la par los estudios y el trabajo. Se licenció en Meteorología en 1979 y fue jefe de turno del entonces Departamento de Pronósticos del Instituto, hasta que, en 1978, pasa a ser el jefe de la estación meteorológica de Isla de la Juventud.
Incluso antes del año 1980, ya Rubiera había pensado que en Cuba sería posible que un meteorólogo pudiera comentar el estado del tiempo en la televisión cubana, realizó la propuesta y la idea fue aceptada. En ese estonces, el jefe del Instituto de Meteorología, Jesús González, le planteó la idea a Ovidio Cabrera, vicepresidente del ICRT, quien enseguida la aprobó.
Comenzó anunciando un “frente frío” el 13 de enero de 1981: lo cual fue el primer programa que contó con un meteorólogo estable, ya que el doctor Rodríguez Ramirez, por ejemplo, solamente comparecía en caso del arribo de algún ciclón.
En Cuba nunca antes se había pronosticado el tiempo más allá de 24 horas, por lo que al dar el pronóstico para el fin de semana fue el gancho de su comparecencia en la televisión.
José Rubiera se hizo Doctor en Ciencias Geográficas estudiando y trabajando. Viajó a la URSS en 1990 y redactó su tesis en una habitación del hotel Ucrania. Posteriormente, defendió su trabajo ante un exigente tribunal que se encontraba presidido por los doctores Mario Rodríguez Ramírez y Antonio Núñez Jiménez, entre otros. Su exposición le valió la máxima de las calificaciones.
La presencia de Rubiera en la televisión actualmente es una especie de calma ante el paso de los fenómenos meteorológicos, al punto que casi da una clase a los cubanos en cada una de sus intervenciones y les explica con una magia que hace que cualquier isleño pueda comprender fácilmente sobre probabilidades y cálculos de trayectoria.
Ante el paso de cualquier huracán por Cuba no hay un rostro que inspire más confianza que el de Rubiera. No es por restar méritos al resto de los meteorólogos cubanos, pero cuando el tiempo se pone feo, si no sale Rubiera a dar el parte los cubanos no están tranquilos.