Las viejas limusinas soviéticas Chaika, que eran utilizadas para el servicio de protocolo de Fidel Castro en los años 60 y 70, hoy se pasean por las calles de la Isla con un irónico slogan en su parte trasera: “Rentar una fantasía”.
Las limusinas fueron puestas a disposición de Cubataxis para que se emplearan en el servicio de rentas al turismo, aprovechando el gancho de haber sido usadas por Fidel. A estos vehículos construidos por las compañías rusas GAZ y ZIL, cuya fecha de fabricación data de hace unos 60 años, fue necesario restituirles la vestidura, ya que tanto tiempo sufriendo los embates del clima caribeño hizo que quedaran prácticamente inservibles.
Una de estas limusinas es un convertible ZIL-111, que fue la primera fabricada y enviada a Cuba por el ex presidente ruso Nikita Kruschev a modo de tener un detalle personal con Fidel Castro.
Sin embargo, pronto quedo claro que para buscar mayor eficiencia, en una actividad comercial, sería necesario hacer transformaciones mecánicas. Otra vez los mecánicos pusieron manos a la obra y, en la base de Grand Car, de Cubataxis, se ejecutaron los cambios necesarios.
Los motores V8 originales de gasolina fueron sustituidos por otros de diésel, de la marca Mercedes Benz, junto a la transmisión. Se les incorporó un nuevo sistema de aire acondicionado y llevaron a cabo otra serie de mejoras para elevar el confort, hasta obtener un resultado impresionante.
Una vez finalizado el trabajo los autos comenzaron a ofertarse para bodas y otros eventos similares. Sin embargo, en Cuba existe una tradición muy arraigada para esas ceremonias, donde los autos de época disfrutan de una preferencia absoluta.
Por eso, ahora los restaurados Chaika se han insertado dentro del nuevo modelo de gestión del taxi en La Habana, y es posible su renta a través de Agencias de Viajes, Turísticas, a la propia Taxis-Cuba o, sencillamente, de forma directa en la calle.
De cualquier forma, le aseguramos la posibilidad de una ocasión única: el disfrute de una ciudad seductora, a bordo de un auto irrepetible, un verdadero pedazo historia.