Majana, la playa que el Gobierno de Cuba le robó a Artemisa

Redacción

Majana, la playa que el Gobierno de Cuba le robó a Artemisa

La inmensa mayoría de los cubanos conocen a Majana como la zona de la costa sur del occidente caribeño donde termina la trocha militar que comenzaba en el Mariel, y con la cual se intentó que las tropas de Antonio Maceo quedaran aisladas en Pinar de Río. Sin embargo, para los pobladores de Artemisa, Majana era muchísimo más.

Majana era el balneario natural de la ciudad, donde gran cantidad de lugareños iban a disfrutar durante la temporada veraniega, pero un día el Gobierno cubano llegó y los privó de todo aquello.

Los pescadores que viven en el lugar recuerdan con una mezcla de rabia y tristeza que en ese entonces a la comunidad “no le faltaba nada”. En Majana existía un círculo social, una tienda mixta, una posta médica y hasta un par de restaurantes muy visitados por los vacacionistas.

Todavía hay quien busca el fango de la playa por su valor terapéutico.

Con la llegada del Período Especial todo cambió. Primero fue la escuela primaria, luego la bodega, y así uno a uno fueron cerrando todos los establecimientos de la zona, y el transporte desde Artemisa terminó por esfumarse también.

Para rematar la situación, los huracanes Charlie (2002) y Gustav (2008) dieron el puntillazo final a la zona y acabaron de destruir lo poco que quedaba. En menos de 15 años desapareció lo que había tomado casi un siglo en construirse.

Las pocas casas que quedan en Majana datan de inicios de la década del cincuenta del siglo pasado

La Defensa Civil, junto a las autoridades de la provincia, explicaron que Majana no podía seguir utilizándose como playa porque era una «zona vulnerable». Mucho menos construir casas de descanso en el lugar, como siempre habían hecho los habitantes de Artemisa.

Las pocas casas que todavía estaban en pie también cayeron en desgracias, pues las autoridades dijeron que como no estaban alejadas al menos 300 metros de la franja costera causaban daños al ecosistema de la zona y por lo tanto debían ser demolidas.

Quien ve esto ahora y lo compara con su época de esplendor sufre mucho

El último ejemplo es el puente del Canal, que se cayó por los años noventa; y jamás le importó al gobierno del municipio. Lo que tiene hoy son unas vigas superpuestas entre las calles, y eso es una amenaza pública para todo el que pase en vehículos pesados.

Para los residentes de Majana, aquello no fue más que una excusa para sacarlos de la playa, ya que poco a poco fueron despojando al pueblo de todos los servicios para obligar a los vecinos a abandonarlo.

Lo último fue el balneario. Llegaron varios camiones estatales cargados de obreros, venían con la orden de demoler el bar y las sombrillitas del balneario… y así lo hicieron. A los pocos artemiseños que todavía mantienen sus embarcaciones y casas de descanso en Majana no les cabe duda de que en algún momento ellos tendrán que marcharse también.

El puente del Canal se cayó por los años noventa y jamás le importó al gobierno del municipio