En la década de los años 80 la ganadería tuvo un gran desarrollo en el país. Ubre Blanca fue una famosa vaca que ganó la atención de Fidel Castro debido a su gran producción de leche. En el año 1982, en un solo día la vaca podía producir 110 litros de leche. Debido a esto pasó a la historia como la vaca más importante de la isla.
Sin embargo, esta no fue la única vaca que logró que el Gobernante se interesara por ella, ya que unos 20 años atrás, la vaca Rufina era de quien hablaba todo el tiempo.
El 30 de noviembre de 1960 llegaron al suelo cubano una serie de residuos de la explosión de un cohete lanzado al espacio por el Gobierno de Estados Unidos, en los alrededores de la provincia de Holguín. En este preciso momento y lugar se encontraba Rufina pastando, la vaca lechera de un campesino de la zona. Fue así que uno de los desechos del cohete impactó sobre la vaca, muriendo al instante.
Tan solo un mes antes de lo sucedido a esta vaquita lechera, el gobierno estadounidense había impuesto el bloqueo comercial a la Isla. Además, la nacionalización de todas las empresas norteamericanas y cubanas que eran privadas, habían traído consigo que las relaciones entre ambos países fueran de mal en peor.
Fue así como en Cuba comenzaron a utilizar la muerte de Rufina como una forma más de alimentar su «guerra ideológica», asegurando que lo sucedido con la vaca era un ejemplo innegable del peligro que representaba la carrera espacial de los americanos y una violación del espacio aéreo cubano.
A una semana del hecho, se realizó una peculiar marcha protesta en frente a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, donde participaron unos 250 campesinos y varias vacas que fueron trasladadas desde los campos, adornadas con carteles y pancartas de protestas.
Finalmente esta curiosa protesta logró su objetivo, haciendo que el fracaso de proyecto espacial estadounidense fuesa condenado por la comunidad internacional y el Gobierno americano tuviera que pagar una indemnización a Cuba de 2 millones de dólares por la muerte de Rufina.
A pesar que Ubre Blanca quizás se la más famosas de todas las vacas en Cuba, Rufina quedará en el recuerdo como la única vaca mártir en la Isla.
