Al llegar a la provincia cubana de Villa Clara, justamente sobre el río Cubanicay, el visitante podrá encontrarse con un puente que encierra una curiosa leyenda. No es su construcción lo que ha suscitado los rumores populares, sino la cruz que lleva como estandarte en uno de sus extremos.
Varias versiones se mencionan al hacer referencia a ese símbolo: algunos dicen que fueron los nativos de Remedios quienes colocaron allí los maderos cruzados cuando se fundó la ciudad por allá por 1689, mientras que otros aseguran que fueron los españoles quienes colocaron la cruz a modo de marca de un punto de entrada a tierra.
De acuerdo a esta última versión, a partir de ese momento comenzaron los problemas para restaurar esta pieza, la cual se deterioraba bastante por encontrarse a la intemperie.
El ayuntamiento no era capaz de mantenerla en óptimas condiciones, pero según datos históricos, fue él el catalán Don Martín Camps y Oliver quien encargó a Barcelona una alegoría cristiana, de mármol, con pedestal y verja, a un costo de 21 onzas de oro.
Durante medio siglo se celebraron allí las veladas de la cruz. Los festejos duraban en un primero momento dos días, pero luego se extendieron hasta nueve. Las calles, eran adornadas por los vecinos y ellas abundaban las ofertas gastronómicas de la cocina popular e incluso algunas orquestas alegraban las noches.
No obstante, todas las referencias sobre la cruz del puente no son alegres, ya que según se cuenta, ese era el sitio en el que se ajusticiaba a los criminales a través de la horca.
Otro de los oscuros relatos que rodea a esta cruz de la muerte en Villa Clara, tuvo lugar antes de la fundación de la Villa de Remedios, cuando un joven llamado Ramón sorprendió a su hermana María en el puente, mientras se entregaba a los placeres del amor junto a su amante.
La pelea entre ambos hombres fue brutal, pero fue la pobre María quien se llevó la peor parte, ya que cuando intervino para intentar calmar los ánimos, sufrió un machetazo que la dejó sin vida al instante.
Cuenta la leyenda que al llegar los primeros remedianos a la zona, encontraron los restos de la muchacha en la orilla del Río, junto una cruz de madera.
El ciclón Lily, a su paso por la ciudad en 1996, derribó la Cruz del Puente, aquel vetusto icono de Santa Clara. Un año después se repuso por una réplica de granito. En tanto, la historia aguarda por mayores y exactas investigaciones en torno a una realidad que rebasa el imaginario popular y se afirma en la verdad de los siglos.
