Estas son las 10 cosas que más extraña un cubano cuando se va definitivamente de Cuba

Ines Sanz

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Estas son las 10 cosas que más extraña un cubano cuando se va definitivamente de Cuba

Los cubanos somos muy cubanos: auténticos, ruidosos, exagerados, grandilocuentes, familiares, musicales, cariñosos; verdaderamente peculiares.

Nuestra identidad nos llama a comportarnos de una manera que muchos foráneos encuentran curiosa y atractiva, por eso la industria turística es una de las más solventes en Cuba.

Entre tantísimas maravillas de cualquiera índole en esta hermosa isla, merece la pena escoger el TOP 10 de lo más bello, autóctono y singular de las raíces cubanas.

Por ejemplo, los cubanos gozan de divisar una cámara fotográfica porque esta implica captar una imagen de un paisaje de Cuba o de sí mismos (muy coquetos), lo que es una muestra de orgullo. En muchos otros países, fotografiar un objeto o a una persona por interés turístico implica pagar por la foto o comprar el artículo.

No solo es, el cubano gusta de explicar, compartir y ayudar al extranjero, al punto de ser capaces de acompañar a alguien a un lugar en vez de solo direccionarle. Pese a que muchas veces estas situaciones ocurren por algún tipo de interés con el extranjero (siempre considerado como un ciudadano mejor en Cuba), también se dan por verdadera buena voluntad, sobre todo en la década de los 2000, cuando el Internet en la isla no estaba ni soñándose en masivizarse y la población tenía real interés en conocer otros lugares, otras culturas y otra gente, por lo que el cubano ayudaba a alguien en lo que aprendía algo nuevo.

La mayoría de los cubanos que emigran desean volver en menos de un año para abrazar a su familia y disfrutar su tierra nuevamente, y lo que antes parecía absurdo, luego fue nostálgico y enriquecedor. Donde quiera que esté, el cubano seguirá siendo cubano de arriba a abajo, con su manera muy propia de recordar y manifestar sus orígenes.

Por ende, las siguientes son las 10 cosas que más añoran los cubanos al viajar:

1.- La Familia: El hacinamiento no mata la gran alegría que se vive en una casa llena de gente. El núcleo familiar es lo primero que el cubano anhela al partir.

2.- El Barrio: Para la mayoría de los cubanos, el barrio es un lugar ruidoso donde la música que resuena por los altavoces prevalecen por encima de cualquier conversación personal, aunque hay algunas que se pasan. La timba cubana o el reguetón son la banda sonora perfecta para las fiestas improvisadas que se conforman cada dos por tres, y es lo que más se extraña cuando las nuevas reglas de convivencia vecinal obligan a la compostura y a vivir de puertas hacia adentro.

3.- Comer pizza o carne de cerdo: Pero las pizzas deben ser gruesas, altas, con mucha salsa chorreante, queso y puré de tomate de los que nunca se puede tener la certeza de su procedencia y calidad; manjares que, quizás por baratos, salvan el día a día con la mejor de las sonrisas. Y el cerdo asado es simplemente divino.

4.- El chismoso del barrio: Este rol lo ocupa un personaje que observa constantemente el panorama, teniendo en cuenta las entradas, salidas, nivel de alcohol en sangre, vestimenta o productos adquiridos. Cuando los cubanos que viven en el extranjero ni saben el nombre de su vecino, se acuerdan del chismoso y su interés de por las vidas ajenas.

5.- Jugar dominó con los amigos: Una mesa con cuatro sillas, parejas que se disputan con fichas cuadradas y con la bulla correspondiente. En cada barrio hay un torneo de dominó llevándose a cabo, acompañado de la ceremoniosa botella de ron.

6.- Las playas cubanas: El mar es parte esencial de la vida de los caribeños, por lo que un buen paisaje de playa levanta el ánimo en los días más lúgubres.

7.- Bañarse en el aguacero, o simplemente ver llover: Las cuatro estaciones no son realmente distinguibles en Cuba; el tiempo se clasifica, más bien, en época de lluvia y época de seca, y la lluvia es principalmente vinculada al verano eterno cubano. La lluvia hace de cualquier velada algo romántico, o íntimo, pero siempre pintoresco, y para los más jóvenes es una delicia el primer baño en el aguacero.

8.- Sentarse en el Malecón: Habaneros y no tan habaneros disfrutan de sentarse en el Malecón, una larga pasarela de concreto que detiene el azote del mar. Es un sitio para el romance, para las reuniones de amigos; ideal para fotos, divertimentos baratos y buenos recuerdos.

9.- Beber un buen ron o café: Cualquier reunión entre familiares o amigos se deleita con un buen ron, preferiblemente Havana Club, acompañados de un café (Turquino, Serrano o Cubita) o un tabaco.

10.- Bailar, una buena fiesta: La música es lo que más se añora; es parte intrínseca de la cultura cubana y de los cubanos. Ritmos distintos nacieron en la isla y luego cobraron reconocimiento a nivel internacional, para mover las caderas y las almas.