Un dato bastante curioso sobre Cuba es que aquí habita el anfibio más diminuto que vive en el hemisferio norte del planeta y que además es endémica de la Isla.
Esta minúscula ranita llamada Monte Iberia, mide tan solo un centímetro y en ocasiones ni siquiera llega a alcanzar este tamaño, ya que se han llegado a encontrar ejemplares de unos ocho milímetros aproximadamente. Para que se haga una idea, su longitud es la de una uña humana.
Los colores de su piel son muy llamativos, lo cual indica su alto nivel de toxicidad. Esta pequeña ranita es venenosa, ya que se alimenta de arácnidos de los cuales adquiere toxicas que luego secreta a través de la piel.
La ranita Monte Iberia, por la alta vulnerabilidad de su habitad, se encuentra en peligro de extinción. Según algunos expertos, su población ha ido disminuyendo por un manejo no del todo de adecuado del Parque Nacional Alejandro de Humboldt.
Este diminuto anfibio habita en un área restringida de tan solo 100 km2, a una altura de 600 metros sobre el nivel del mar, en una zona de la provincia de Holguín.
Las hembras ponen un solo huevo de 4,1 mm de diámetro, que representa el 33 por ciento de su tamaño máximo (12,3 mm). Los machos alcanzan la medida de 11,5 mm y varios colores los identifica: negro, amarillo, naranja y marrón, con conspicuas listas blancas en sus costados.
Esta región de la zona oriental del país pertenece al Parque Nacional Alejandro de Humboldt, el cual fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad, por ser uno de los sitios de mayor endemismo a nivel mundial.
En el citado parque habitan no pocas especies de animales y vegetales que aún no han sido descritas en profundidad por los expertos. A su vez, se considera la mayor reserva de la Biosfera de las Antillas y el área protegida más importante de Cuba.