Siete cosas que un cubano no olvida cuando viaja por primera vez

Redacción

Siete cosas que un cubano no olvida cuando viaja por primera vez

Cuando un cubano sale de viaje por primera vez le ocurren muchísimas cosas. Lo más posible es que al leer esto le vengan a la cabeza algunos recuerdos de esos momentos en que lo invadía el temor a lo desconocido.

La lista que a continuación compartimos quizás no sea definitiva, pero de seguro si resume a grandes rasgos algunas de las cosas que nos han sucedido al viajar por primera vez.

Lo primero que no olvida nunca un cubano es su llegada al aeropuerto y el chequeo de Inmigración. En ese momento nos invade el temor que nos falte algún documento para poder viajar y no solo es el miedo a perder el dinero, sino “la salida”.

Cubanos y cubanas no olvidamos la espera en el salón del aeropuerto. Eso desespera. Tanto así que no apartamos la vista de la puerta de salida hacia el avión y no nos importa aguantar dos o tres horas así. Velamos, custodiamos.

Otra cosa que tampoco olvidamos es el primer momento en que nos subimos al avión. El corazón comienza a palpitar aceleradamente en la medida que avanzamos por las escalerillas o el túnel de acceso… y claro, algunos aprovechan para sacarse una foto allí.

Ya cuando el avión despega te aferras al asiento, tragas en seco y le rezas a todo lo que conoces por su protección. En muchos casos, luego del primer vuelo algunos juran y perjuran que nunca más se montarán en un avión. Sin embargo, el alivio de la llegada nos hace olvidar todo lo vivido y volvemos sobre nuestras andanzas aéreas.

Un cubano no olvida el momento que tuvo deseos de ir a orinar en pleno avión. En ese momento, aguanta estoicamente con tal que nadie se dé cuenta que desea ir al baño. ¿Qué pasa cuando llega el refrigerio? No olvidaremos nunca ese instante: no sabíamos qué pedir, pero lo más seguro es que cogimos lo primero que nos ofrecieron, por el aquello de “lo que te den cógelo” al que tan acostumbrado estamos.

Nunca olvidaremos ese tiempo que llegamos a nuestro destino y nos sorprende una ciudad nueva y desconocida. Una vez más nos sorprende el salto en el estómago y la duda al respecto que todo esté en orden. ¿Todo en regla? Por suerte sí. Es entonces que nos enfrentamos a un mundo lleno de oportunidades por descubrir, pero siempre con el corazón en la tierra que nos vio nacer…