Mal de Ojo, de esto solo conocemos los cubanos

Redacción

Mal de Ojo, de esto solo conocemos los cubanos

En el mundo mágico y religioso de Cuba, no son pocas las creencias que se han venido transmitiendo de generación en generación desde el tiempo de los colonizadores españoles, los esclavos traídos de África y el arribo de inmigrantes asiáticos y europeos.

El paso del tiempo ha hecho que inevitablemente algunas de estas supersticiones se hayan ido perdiendo. Sin embargo, no faltan quienes se mantiene fieles a estas creencias ancestrales y las siguen al pie de la letra para ver sus mejore anhelos convertidos en realidad.

“Si ves una estrella fugaz, pide un deseo y verás”, recomiendan algunos ancianos a sus jóvenes parientes o amigos para que sus deseos se cumplan.

A su vez, también recomiendan que las mujeres embarazadas no deben mirar los eclipses, de lo contrario sus bebés pueden nacer con una mancha permanente en el rostro.

La entrada de un moscón o un sapo a la casa significa para no pocos que se recibirán desagradables visitas. No obsatante, esto puede contrarrestarse si se coloca una escoba detrás de la puerta con los pelos hacia arriba.

“Hay miradas que tumban cocos” es una frase que suele decirse en la Isla para hacer alusión al llamado mal de ojo, una antigua creencia imperante en el mundo.

En la sala, un platico adornado con un ojo y una lengua atravesada por un clavo para las malas lenguas.

Los esclavos africanos llevados a la Isla durante el tiempo de la colonia, solían llamar “ñeque” a las personas que, con tan solo una mirada o frase de elogio, eran capaces de causar desventuras y hasta enfermedades en otros. Las antiguas comadronas solían advertir que tanto los niños como las mujeres eran más propensos a este tipo de “miradas”.

Para protegerse del mal de ojo, muchos recomiendan a las mujeres que utilicen algún detalle de color rojo ya sea en el vestido o las prendas. En el caso de los bebés, se les debe colocar un azabache como resguardo y un lacito carmesí unidos en un imperdible.

Los cubanos sugieren añadir al prendedor los “ojitos de Santa Lucía”. Consistente en un par de ojos hechos en metal, ese amuleto evoca el suplicio de Lucía de Siracusa.

El mal de ojo en la creencia popular, es efecto de la envidia o admiración del “emisor”

Entre los síntomas del mal de ojo, según los conocedores del tema se manifiestan de múltiples maneras.  Se dice que en niños y bebés, el mal de ojo provoca llanto incontrolable sin causa aparente, diarrea, brotes en la piel y pesadillas. También puede haber pérdida de apetito o vómito continuo después de comer. En jóvenes y adultos se manifiesta con pérdida de apetito, fiebre, insomnio, depresión, escalofríos e incapacidad para concentrarse.

Según mi abuelita, cuando divise a uno de esos nefastos seres, pronuncie para sí la formulación: “Aléjalo, San Alejo”.

Según se dice, las personas envidiosas e insatisfechas pueden acumular energías negativas que pueden llegar a causar el mal de ojo. Por tanto, si en algún momento se tiene a alguien cerca con estas características, se puede optar por poner los pensamientos fijos en la frase “En ti se ensuelva”. De esta forma, se logrará neutralizar cualquier mal de deseo.