El granizado, ya ni por un peso puedes tomártelo en Cuba

Redacción

granizado

¿Qué cubano no se ha tomado alguna vez un granizado? El granizado existe desde los tiempos de Maricastaña y empezó costando centavos. Mis padres se los tomaban por un peso y la variedad de sabores era increíble. Hoy en día cuesta 15 pesos, un pequeño vaso plástico desechable, muchas veces reciclado, con poco hielo y con cinco sabores en los carritos con más variedad.

La venta de la mezcla de hielo picado y algún sirope se remonta a los primeros años de la República, a poco tiempo después de haberse fundado las dos primeras fábricas de hielo, La Polar y la Tropical.

Carrito de granizado

En sus buenos tiempos, los “granizaderos” vendían hasta más de 10 sabores, siendo la menta, la fresa, mantecado y el limón los más demandados. De toda una vida los carritos de granizado han sido metal, con un techo que permita que el vendedor pueda llevar su mercancía a varios sitios sin derretirse bajo el sol caribeño. En el interior del carrito se coloca el hielo en un compartimento tapado y a ambos lados del carrito van dos anaqueles en los que se colocan botellas que llevan el líquido.

Quien vende el granizado no siempre es el dueño del negocio, muchas veces son carritos alquilados a particulares.

Carrito de granizado
Carrito de granizado

Como casi todo en antaño, se pregonaba con una campanita. Para rayar el hielo se utilizaba una especie de cepillo, el cual se decía que era imprescindible. Esta forma de preparación ha ido perdiéndose con el paso del tiempo y son muy pocos los que hoy en día utilizan este cepillo, que además de ser de utilidad para raspar el hielo, sirve como medida de lo que se le debe añadir de agua congelada.

En Cuba algunos cuentapropistas se mantienen valiéndose de este negocio para subsistir, aunque el precio nada tiene que ver con el de antaño y en la actualidad tomarse un granizado para refrescar resulta 15 y hasta 20 veces más caro que lo que muchos pagaron durante su niñez.