Para muchas personas que viven fuera de la capital cubana, los habaneros tienen fama de mala gente. Quizás esto pueda estar dado por su ritmo de vida apresurado y la costumbre de no andar deteniéndose en los detalles. Algo que si hace la gente del “interior”.
Por esa y muchísimas razones más es que a quienes llegan a la Capital de Todos los Cubanos les resulta un tanto complicado adaptarse al ritmo de vida. Un problema que no es de ahora, sino que desde antaño la gran ciudad le resultaba abrumadora a muchos de los nacidos en otros lares: “La Habana es solo para ir de paseo, no para quedarse a vivir”, decían.
No obstante, incluso viajando a La Habana de visita, los “guajiros” deben seguir determinadas reglas para evitar ser tragados por la urbe capitalina.
1. Trata de evitar el transporte público y camina siempre que sea posible. Si no te queda de otra, no te pegues a las ventanillas en la noche, porque te puede entrar cualquier cosa por ahí.
2. El Capitolio marca el kilómetro cero de la ciudad. De esta forma puedes ubicarte y saber a qué distancia están las cosas.
3. Nunca camines por las aceras. Tantas patas no pueden estar equivocadas. Si ves que los habaneros caminan por el medio de la calle no es porque les guste torear a los autos. Sólo están evitando que les caiga un balcón o una cornisa en la cabeza.
4. No andes solo y trata de salir con alguna persona que conozca la ciudad. Eso evitará que luzcas desubicado y te identifiquen como guajiro.
5. Si tienes que subir a una apretujada guagua debes saber que la billetera siempre va en el bolsillo de adelante. Los mismo sucede con las carteras, mochilas, maletines y bolsos.
6. Si vas a disfrutar de un juego de pelota al estadio Latinoamericano no te sientes nunca en las gradas de la tercera base. Esa es de los Industrialistas y te gritarán “!Palestino!” a coro si detectan que apoyas a un equipo que no sea a los azules.
7. Los habaneros jóvenes son jodedores, así que evitar por todos los medios pedirles alguna dirección si te sientes perdido. Con el rostro muy serio y cagados de la risa por dentro, lo más probable es que te manden para cualquier lugar menos al que realmente te interese llegar.
8. Nunca critiques la ciudad delante de un habanero. Ellos pueden hablar toda la peste que quieran de “su ciudad”, pero cuidadito con que lo haga un guajiro.
9. En el interior del país el dinero suele durar un poco más, pero en La Habana se va como agua. ¡Ahorra! o te quedarás con una mano adelante y la otra atrás
10. Búscate una novia habanera. No te convertirás en habanero, pero podrás disfrutar de sus ventajas.