Al tiempo que numerosos ómnibus repletos de turistas hacen escala antes de proseguir su viaje a los diversos hoteles de Cayo Santamaría, un grupo de vecinos de este pequeño asentamiento se dedican a ofrecer quesos caseros, ropa y toda clase de baratijas a los visitantes, en un improvisado pulguero desde el que se alcanza a ver la efigie del guerrillero.
El Gobierno cubano suele referirse a Santa Clara como “La Ciudad del Che”, ya que prácticamente en cualquier sitio pueden verse vallas publicitarias que contienen imágenes y frases del Che.
Cuando a los cubanos que viven en la Isla se les pregunta por el Che, no son pocos los que responden con frases trilladas que les han sido inculcadas desde la enseñanza primaria. Sin embargo, para disidentes y ciudadanos que no están de acuerdo con el sistema, el Che fue un extremista que estuvo a la cabeza de numerosos fusilamientos que tuvieron lugar en la fortaleza de La Cabaña.
En cada una de las escuelas primarias de la Isla, cada mañana los niños entre otras consignas, suelen corear “‘Pioneros por el comunismo, seremos como el Che’”
La figura del Che Guevara ha pasado de ser un símbolo revolucionario a convertirse en un objeto publicitario clave en cualquier de los puntos en que se venden suvenires a los turistas extranjeros. Afiches, libros, ceniceros, boinas, son solo algunos de los artículos a los que se le suele colocar la imagen o alguna frase del Che.
Si hay alguien que ha sabido sacarle los pesos a la figura del Che es Aleida Guevara March, su hija mayor, quien incluso creó una fundación con el nombre de su padre.
“A Aleida no se le va ni una. Hace algunos años una editorial sudamericana publicó un libro sobre el pensamiento de su padre y ella les metió tremenda demanda para que le pagaran por los derechos. El Che quizás fue un hombre honesto y un guerrillero con los huevos bien puestos, pero a sus descendientes se les va la cabeza cuando se trata de dinero”, cuenta Rubén, quien conoce muy bien de los pormenores de la Fundación Che Guevara.
Daniel, quien un es un fiel seguidor de las motos Harley-Davidson, recuerda los fines de semana en un club de Harley en Varadero.
“Después de numerosas trabas burocráticas pudimos organizar un festival de motos Harley-Davidson en el que estuvieron presentes motoristas de varios países. Dos de los hijos del Che, Ernesto y Camilo, vieron una oportunidad de negocio se hicieron con el control de mismo. Contando con la firma Gaviota como padrinos, abrieron algunos bares en divisa y alquilan motos de la reconocida marca para realizar tours por Cuba. Cobran entre 2.500 y 3000 dólares. Han hecho lo que les ha dado la gana con la historia, porque el recorrido que hizo el Che por Sudamérica fue en una Norton 500 de 1939”, cuenta Daniel.
En las escuelas cubanas se enseña que el Che murió asesinado el 8 de octubre de 1967 en La Higuera, Bolivia. Según los textos escolares, su captura tuvo lugar en Quebrada del Yuro, luego de haber resultado herido en una de sus piernas. La historia real difiere de esto.
Uno de sus captores, identificado como Félix Rodríguez, asegura que el Che estaba herido y muy decepcionado por haber perdido comunicación con La Habana. Aún tenía balas en su pistola y cuando se entregó a sus enemigos les dijo: “Valgo más vivo que muerto”.
Rodríguez estaba de acuerdo con lo que decía el Che, pero sus superiores ordenaron su ejecución, la cual tuvo lugar el 9 de octubre de 1967 y no el día 8, como conmemora el gobierno cubano.