Convivir con la basura es la tortura de muchos vecinos que, aunque quieran, no saben cómo alejar de sus hogares estos indeseables inquilinos. Lo ideal sería que la recogieran más seguido, pero también muchos dejan abiertos los latones o botan los desechos fuera de los mismos, comentó nuestra protagonista.
Para los perjudicados, la culpa recae en los que no se perjudican que en muchas ocasiones son indolentes con lo que afecta a otros. Para los “indolentes” la culpa es de Comunales, que pasan una vez al mes y cuando lo hacen rompen aceras y dejan todo peor que como estaba.
Al final todos somos culpables de un problema que nunca se resuelve y nos deja como única opción convivir con él.
Algunos vecinos de otras esquinas han “salvado” la situación con el arreglo de las aceras y han colocado el latón en lugares abandonados, e incluso, lo han desaparecido.
Actualmente el exceso de basura constituye uno de los problemas más acuciantes que la sociedad tiene que afrontar debido al acelerado crecimiento de la población, aumento de la producción y tendencias crecientes en los hábitos de consumo, entre otros.
Los residuos domésticos son los que mayor dificultad tienen en su tratamiento, debido a la heterogeneidad y por ser generados en las propias casas, lo que provoca mayor riesgo para la población.
Los riesgos pueden ser directos e indirectos. Directos, porque pueden producir enfermedades a las personas que están en contacto con la basura. Indirectos, porque originan la proliferación de vectores, tales como insectos y roedores, potenciales transmisores de enfermedades que incluso pueden provocar la muerte.
Desde 2005, cuando pareció tocar fondo el tema del tratamiento a los desechos sólidos urbanos en el país, el Estado ha destinado millonarios montos para revertir la carencia de infraestructura y tecnología.
Según un reciente reporte sobre el tema, para que la basura no llegue al suelo la ciudad necesita 13 000 contenedores más y una mejor situación de los medios de transporte, fundamentalmente los especializados para la recogida.
La situación de la basura demandó medidas alternativas como la contratación de medios de transporte de otras empresas y organismos que se sumaron al saneamiento, fundamentalmente el que hacen a mano los llamados “peones” que recogen los desechos con palas y cajas plásticas en los horarios de la noche y la madrugada.
Sin embargo, en las calles seguimos viendo estos escenarios tan desagradables que evidencian que este problema no requiere solo montos millonarios (que los lleva), sino también una actitud ecológica por los vecinos.
Esta noche cuando usted salga a botar la basura, piense en los demás: anude bien su bolsa, colóquela dentro del latón, ciérrelo con su tapa, si está repleto busque otro más cercano… evitemos por la parte que nos toca esta desagradable convivencia.