El Gobierno de Miguel Díaz-Canel tomó un decisión que busca claramente poner presión sobre la actual administración del presidente Joe Biden, pues un portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en ingles) informó que La Habana había dejado de aceptar nuevas deportaciones de ciudadanos cubanos desde territorio estadounidense desde octubre del pasado año.
La medida, adoptada en medio de lo que ya se considera el mayor éxodo de cubanos desde la crisis del Mariel, en 1980, entró en vigor coincidiendo con el inicio del año fiscal actual, cuando el Gobierno cubano dejó de aceptar todas las deportaciones de ICE a través de vuelos comerciales y chárters.
Según datos oficiales de la Patrulla de Frontera de EEUU, desde octubre del pasado año y hasta febrero del 2022, más de 46.000 cubanos han llegado a la frontera de Estados Unidos con México, lo que ya supera con creces el número de emigrados de la crisis de los balseros de 1994, de la que se tienen reportes de 35 mil personas dejando el país.
La administración de Obama llegó a un acuerdo con el gobierno de Cuba para enviar de regreso a los inmigrantes cubanos que llegaran “ilegalmente” a Estados Unidos, tras eliminar en enero de 2017 una política especial de libertad condicional conocida como “pies secos, pies mojados” que anteriormente les permitía quedarse si se presentaban en la frontera en busca de asilo.
Las deportaciones despegaron en los años siguientes, pero se detuvieron alrededor de marzo de 2020 al comienzo de la pandemia debido a la interrupción de los viajes internacionales. El gobierno cubano reabrió sus fronteras en octubre de 2020, pero luego suspendió los vuelos durante seis meses hasta noviembre de 2021, lo que significa que sus aeropuertos estuvieron abiertos durante el año fiscal en curso en el que no ha aceptado las deportaciones.
Según ICE, desde octubre del año pasado solo 20 cubanos se han repatriado y estos lo hicieron de forma voluntaria a la isla. Datos de la misma agencia precisan que deportaron a 95 cubanos el año anterior, una mínima fracción de los 1,583 devueltos en la primera mitad del año fiscal 2020 antes del cierre de los aeropuertos.
El acuerdo con el gobierno cubano permitía al Departamento de Seguridad Nacional enviar rápidamente a Cuba a los inmigrantes cubanos que llegaban a la frontera a través de un procedimiento llamado “expulsión acelerada”, dijeron funcionarios estadounidenses en ese momento. Pero los datos muestran que, a diferencia de los interceptados en el mar, que generalmente son devueltos, a la mayoría de los inmigrantes cubanos que llegan a la frontera se les ha permitido seguir el proceso de inmigración regular y solicitar asilo.
Muchos casos ni siquiera llegan a los tribunales de inmigración porque los cubanos pueden solicitar la residencia permanente después de un año y un día de vivir en Estados Unidos, gracias a la Ley de Ajuste Cubano del 1966.
Los cubanos también han sido exentos de la regla del Título 42, que impide que los inmigrantes soliciten asilo debido a la emergencia de salud pública relacionada con la pandemia.
Hasta el 26 de marzo, hay aproximadamente 40,450 ciudadanos cubanos con una orden final de deportación de un juez de inmigración, dijo el vocero de ICE, frente a los 36,000 en 2017.
Se trata de ciudadanos cubanos que cometieron delitos o violaciones migratorias en Estados Unidos. Pero la mayoría llegó hace mucho tiempo, por lo que no pueden ser deportados fácilmente bajo el acuerdo de Obama porque el gobierno cubano solo se comprometió a aceptar a los recién llegados.