Este año se cumplen 18 años de la muerte de Celia Cruz, la cantante cubana que pasó a la historia como ‘La Reina de la Salsa’.
El cáncer cobró el 16 de julio de 2003 la vida de una de las máximas exponentes de la música latina; Celia Cruz murió en su casa de Nueva Jersey, Estados Unidos, a los 78 años.
A nadie le queda duda que la llamada ‘Reina de la Salsa’ nos dejó a lo largo de más de 50 años de trayectoria musical pegajosas canciones que aún a la distancia siguen sonando en eventos masivos y hasta en nuestras fiestas familiares.
‘La vida es una carnaval’, ‘La negra tiene tumbao’, ‘Kimbara’, ‘Que le den candela’ y ‘Viviré’ son quizás algunas de las canciones que más recordamos de Celia Cruz, sin embargo, fue tan vasto su repertorio que no podríamos enlistar todos y cada uno de sus éxitos.
¡Azúcar!
Las canciones de Celia Cruz, además de su potente e inconfundible voz, tienen ‘un ingrediente’ que anima a bailar hasta a la personas más apáticas: ¡el azúcar!
Y es que si no lo habías notado, casi en todos los temas de la ‘Reina de la Salsa’ suena el grito de ‘¡azúcar!, el cual sin duda es el sello de distinción de la cubana.
La historia del ‘azúcar’ de Celia Cruz surgió en Miami, Estados Unidos, cuando la cantante visitó un restaurante cubano y, al terminar la comida, el mesero le ofreció café y aprovechó para preguntarle si lo quería con azúcar. Y así fue cómo le contestó ella:
“No chico, tú eres cubano y sabes que el café de nosotros es muy amargo. ¡Con azúcar, viejo, con azúcar!”
La escena se volvió chiste local entre los amigos de Celia y ella un día mientras cantaba ‘Tu voz’ espontáneamente gritó ‘¡azúcar!’ y como fue bien aceptado, decidió siempre hacerlo…
Mensajes Ocultos
Se dice que en varias ocasiones, las interpretaciones de la cubana eran una ofrenda a deidades demoniacas en Haiti, en Congo en Cuba y en Brasil son adorados como dioses que dentro de algunas religiones como los yoruba están íntimamente ligados a la santería.
La canción más polisémica llamada Burundanga según expertos en el tema, aseguran que la canción podía servir para invocar ciertas energías que ayudaban a quienes necesitaban ayuda o requerían de algún milagro, sin embargo, burundanga también es una sustancia con efectos psicodélicos.
Zongo es una ciudad en el Congo, sin embargo éste trabakenguas pareciera más un trabalenguas sobre un pleito, sin embargo ésta peculiar canción llevaría a la fama a Celia Cruz junto a la Sonora Matancera, lo cual les valió un disco de oro en 1957 por las altas ventas, a ritmo de bembe y la letra a cargo de Óscar Muñoz Bouffartique hoy en día forman parte del imaginario colectivo y la historia de la salsa.
Creía en la reencarnación
Celia Cruz creía en la reencarnación. Y es que toda su familia lo hacía, incluso contó que una tía le rompió los dedos meñiques a su hija, que lamentablemente murió siendo una bebé, para ver si reencarnaba en otra persona. Como su mamá estaba embarazada de Celia, siempre dijo que las marcas que tenía en sus dedos eran por la reencarnación.
Participó como una de las protagonistas de una telenovela en México
En 1997 la intérprete cubana sorprendió a su público al protagonizar “El Alma no tiene color”, telenovela que estuvo bajo la producción de Juan Osorio, ahí, Celia Cruz compartió créditos con Laura Flores, Arturo Peniche, Lorena Rojas, Ofelia Guilmain entre muchos otros.
Celia cruz interpretó a “Macaria” el personaje central de aquella historia que habló del racismo.
Profesora antes que estrella
A pesar de que la madre de Celia supo desde muy pronto que el destino de su hija no era otro que el de convertirse en una estrella, su padre rechazaba esta idea firmemente. El verdadero sueño de su progenitor era que la ‘reina de la salsa’ fuese profesora.
Con el fin de complacer los deseos de su padre, la cantante comenzó a estudiar magisterio. Sin embargo, unos meses más tarde decidió que solo iba a seguir los pasos que su corazón le dictaba e ingresó en el Conservatorio Nacional de Música.
Animadversión por Fidel Castro
La animadversión que Celia sentía por el dirigente cubano Fidel Castro jamás fue un secreto, y viceversa. La cantante no podía ser más crítica con el régimen que había implantado quien para ella era un “dictador”.
Del mismo modo, el presidente era consciente de la influencia que la artista tenía tanto en su país como fuera de él y, sabedor de que sus críticas no le favorecían, llegó incluso a prohibir su música en la isla.
Por su parte, la cubana, a modo de desprecio, nunca se dirigió a él directamente en público, sino que se refería a él como “ese hombre” o “aquel”.