El gobierno de Cuba dio instrucciones a sus consulados de reforzar la atención a los nacionales que huyen de la guerra en Ucrania, en tanto una treintena de cubanos dijeron que militares polacos los engañaron y distribuyeron en grupos de a tres en un paraje desconocido y próximo a la frontera entre Polonia y Bielorrusia.
“Las oficinas consulares de Cuba en Polonia, Rumanía, Bielorrusia, Eslovaquia y Hungría brindarán asistencia a los ciudadanos cubanos que se encuentran en territorio ucraniano”, reiteró hoy Ernesto Soberón, director de Asuntos Consulares de la cancillería nacional.
Según los últimos informes disponibles, cerca de 300 migrantes cubanos han regresado a la isla desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero y cerca de mil vacacionistas rusos en los principales polos turísticos de playa lo han hecho a su país.
“Los consulados en los países antes mencionados garantizarán la continuidad de los trámites ya iniciados en Kiev, otros servicios que nuestros connacionales necesiten realizar en lo adelante, así como el intercambio sistemático con estos y con sus familiares y allegados en Cuba”, agregó Soberón.
Puntualizó que “asimismo, los consulados en Polonia, Rumanía, Bielorrusia, Eslovaquia y Hungría brindarán atención útil a aquellas personas que deseen viajar fuera de Ucrania, previa coordinación con las autoridades concernidas”.
Hasta el momento, se desconoce la suerte de 35 cubanos que, según denuncias vía Whatsaap, fueron dispersados por militares polacos en la frontera con Bielorrusia.
“Nos engañaron los militares de Polonia; nos subieron a una guagua (ómnibus), nos dieron vueltas, nos dieron alimentos, después nos cambiaron a un camión y fueron dispersándonos, soltándonos de tres en tres; hemos caminado y caminado y ahora estamos varados frente a la frontera de Ucrania”, dijo Sahira V.
Esta denuncia se registró el 13 de marzo, mismo día en que la agencia oficial Prensa Latina dijo, citando fuentes de la cancillería en La Habana, que “Cuba permanece en contacto con Polonia para identificar a 35 ciudadanos de la isla que se encuentran en la frontera de ese país y Belarús”.
“Lo tenemos todo preparado en el sótano, agua, alimentos, medicinas; tenemos miedo, pero por suerte las explosiones se escuchan todavía lejos y mi madre no quiere abandonar su casa”, relató Liuba K desde Ucrania a su hija Susana en La Habana, también vía Whatsaap,
Liuba es una de las decenas de ucranianas casadas con estudiantes cubanos en el país europeo que formaron familia en la isla, y se encontraba de visita en Ucrania al comenzar la invasión, según contaron familiares.
“Ella decidió quedarse allá para acompañar a su madre, que tiene más de 80 años y no quiere abandonar su casa”, comentó Vicente G, cuñado de Liuba, quien al igual que su hermano estudió aviación en ese país cuando era parte de la ahora desaparecida Unión Soviética.
“La guerra no ha llegado a donde viven ellos, eso está en las afueras de Kirovogrado, una ciudad grande, de más de 200 mil habitantes, que está más o menos en el centro de Ucrania y la guerra está al sur-este por la región del Donbas”, precisó Vicente.
A diferencia de lo que ocurre en Kirovogrado, desde la localidad Mariúpol, en el Donbas, ucranianos-rusos dijeron que “las fuerzas nacionalistas (neofascistas) que controlaban la ciudad nos mantuvieron encerrados 15 días en los sótanos sin agua, sin luz y sin comida, hasta que el ejército ruso entró” en la localidad.