La casi desconocida historia del duelo a tiros entre dos senadores cubanos en plena Quinta Avenida de Miramar

Redacción

La casi desconocida historia del duelo a tiros entre dos senadores cubanos en plena Quinta Avenida de Miramar

Uno de los sucesos que más sonó durante la primera mitad del siglo XX en La Habana, fue el duelo que en plena Quinta Avenida, en Miramar, protagonizaron dos senadores cubanos que no se soportaban el uno al otro.

De un lado estaba el oficial del Ejército Libertador cubano, Rogerio Zayas Bazán, mientras que su adversario era el Dr. en Pedagogía Modesto Maidique. Ambos eran senadores por la provincia Camaguey y pertenecían al Partido Liberal en el poder. En un principio, se llevaban muy bien y hasta se consideraban grandes amigos el uno al otro. Sin embargo, cuando a ambos se les antojó liderar el partido en Camagüey, ahí fue que comenzaron los problemas.

Bazán había servido a Machado como ministro de Gobernación y había logrado erradicar a todos los chulos de las zonas de tolerancia de La Habana, por ello, gozaba de la fama de ser uno de los tipos más duros de aquel entonces. Maidique, por su parte, aunque contaba con mucho menos historial, era considerado como “el hombre fuerte de la Trocha”.

Cada quien decidió apoyar al candidato de su preferencia para el gobierno de Camaguey: Zayas Bazán, a Lope Recio y Maidique, a José Antonio Villena. Aquella división desencadenó en una guerra entre ambos en la que empezaron a sacarse trapos sucios respetivamente e incluso a inventarse cosas.

La cuerda se siguió tensando hasta que Maidique le envió carta a Zayas Bazán en la que lo acusaba de no tener honor, de dedicarse a dar discursos de burdel y lo invitaba a resolver el problema entre ambos a la manera de los hombres. Bazán, al ver aquello, no tardó en contestar a su adversario y lo citó para las 2:00 pm a la salida del Puente del Pote, no sin antes precisarle que, si no se presentaba al duelo, entonces le caería a tiros donde quiera que lo encontrase.

Maidique si fue, de hecho, llegó primero que Bazán y se sentó a esperarlo. Al cabo de uno minutos se presentó Bazán y luego de parapetarse, ambos comenzaron dispararse. Maidique logró pegar un balazo a su adversario y salió huyendo del lugar, ya que en aquel entonces los duelos estaban prohibidos y mucho más entre senadores.

A pesar de todos los esfuerzos por estabilizarlo, Bazán presentaba 4 impactos de bala y partió al otro mundo. Maidique, al ser cuestionado sobre la presencia de algún otro tirador en la escena, ya que las autoridades no se tragaban el cuento que incluso al estar parapetado tras el tronco del árbol de un framboyán, Zayas hubiese recibido cuatro disparos, siempre negó que alguien más hubiese apretado un gatillo.

El punto final al asunto lo puso el Senado de la República, que luego de reunirse en secreto, acordó que Maidique saliera del país con inmunidad hacia Honduras.

Años más tarde Maidique regresó a Cuba con la idea de retomar sus andadas políticas, pero ya para ese entonces no tenía mucho que hacer. El 14 de enero de 1941, mientras enfilaba sus pasos hacia el despacho del doctor Carlos Márquez Sterling, lo cosieron a balazos en plena calle y nunca se supo quién fue su asesino.