Conoce las maravillas de la iglesia más alta de Cuba

Redacción

La Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola, conocida también como la “Iglesia de Reina” por su ubicación, es la más alta y una de las más hermosas de Cuba y de toda Latinoamérica.

Con su elevada torre de 72 metros, coronada por una cruz de bronce que pude ser divisada desde numerosos puntos de la capital cubana, sus 32 gárgolas y una gran cantidad de estatuas, la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús se alza imponente sobre el municipio Centro Habana.

Cada visita a esta joya arquitectónica es una nueva experiencia, y resulta imposible pasar frente a ella y no quedarse asombrado ante su majestuosidad. Por sus las altas bóvedas ojivales, el arco apuntado, los 69 ventanales amplios con sus luminosos y espléndidos vitrales que deslumbran desde el interior, esta iglesia se encuentra ubicada dentro del estilo gótico autentico.

Esta magnífica edificación fue concebida por los Jesuitas en 1907, quienes ansiaban tener un decoroso templo en el centro de la ciudad.

Otro de sus tesoros es el órgano que posee, el cual se encuentra reconocido como uno de los más elegantes de toda la Isla. Su nave central está sostenida por seis columnas laterales que se encuentran rematadas por capiteles ornamentados, los cuales terminan en el altar mayor.

Entre las imágenes que posee, sobresale la del Sagrado Corazón, cuya actitud es la de estar bendiciendo a sus fieles. A ambos lados de esta, se ubican dos conjuntos de animados grupos de santos, jesuitas y otros, así como doctores de la iglesia.

Sería imposible hablar de este sitio sin hacer mención al piso de la nave central, el cual se encuentra compuesto de mosaicos de teselas de piedra y cristal con un impecable acabado.

Constituye una joya arquitectónica construida a semejanza de las fastuosas antiguas catedrales europeas

Los fondos para la construcción del Sagrado Corazón corrieron a cargo de un grupo de acaudalados miembros de la llamada sociedad habanera de la época de María del Carmen Zozaya, Narciso Gelats y Francisco del Valle y su esposa.

Con vistas a reparar algunos daños producidos por el paso del tiempo se realizó en 1954 un intento por restaurar la iglesia, pero al no utilizarse los mismos materiales con los que fue construida, el resultado no fue el esperado.

Años más tarde, en 1996, la Oficina del Historiador de La Habana, de la mano de empresas españolas y francesas, realizaron una reparación capital de la majestuosa iglesia, la más alta de Cuba.