Cuando el teniente coronel José Téllez Caballero se enteró que los españoles estaban invadiendo las casas de algunos cubanos que se habían alzado en contra de la metrópoli para vejar a sus familiares, rápidamente dispuso que su esposa e hijos fueran llevados junto a él y que lo acompañaran a lo largo de toda la Guerra del 95. Junto a ellos, también hizo traer la imagen de la Caridad del Cobre, quien siempre había salvaguardado su hogar.
La familia de Caballero se instaló lo mejor que pudo en una cueva del Escambray, en la que también fue a parar la imagen de la Patrona de Cuba para que los cuidara mientras él se batía por libertad de Cuba.
Justamente a los pies de la Virgen de la Caridad dio a luz su mujer Antonia, quien se había ido a la manigua embarazada. En ese lugar, nació una saludable niña a la que pusieron el nombre de Estrella de la Libertad.
En aquella apartada cueva en las montañas centrales del país permaneció la familia de Téllez hasta que terminó la guerra, y una vez que pudieron volver a la civilización colocaron la imagen de la Caridad del Cobre en el cuarto de la niña. Allí, ha permanecido desde hace más de 100 años velando por los descendientes de la familia.
Por haber mantenido a sus seres queridos a salvo, cada 7 de septiembre Téllez Caballero ofrecía a la virgen homenajes públicos. Cuando este falleció, su familia se mantuvo realizando la tradición y la Virgen Mambisa nunca dejó de ser honrada en aquella casa.
Los descendientes de Téllez Caballero conservan aún el vestido con polvo de El Cobre que la imagen de la Virgen llevó durante el tiempo que permaneció en la manigua y cada año, como mismo hicieron sus antepasados, hacen vigilia para honrar a quien un día supo velar por la familia en una de las cuevas del Escambray.