El parecido físico de Ramón Castro con su hermano Fidel era realmente asombroso y sin lugar a dudas eran los dos hermanos más parecidos de toda la familia Castro. Sin embargo, “Mongo”, como se le conocía, fue siempre el guajiro de la familia más poderosa de Cuba en los últimos 60 años.
Quienes lo llegaron a conocer aseguran que eran afable y dicharachero, como se suele decir: un guajiro sato. Siempre usaba un sombrero de vaquero y, a diferencia de sus hermanos Raúl y Fidel, nunca llegó a ocupar un cargo de importancia, ni durante el proceso revolucionario, ni después del triunfo de la revolución en el año 1959.
Mongo Castro fue el segundo de los siete hijos que tuvo el matrimonio formado por la cubana Lina Ruz y el inmigrante gallego Ángel Castro. Durante su infancia, Fidel y Ramón fueron muy unidos. Así lo expresó el ya fallecido líder comunista en uno de los libros publicado hace algunos años.
“Ramón siempre andaba conmigo, estábamos asociados en todo tipo de aventuras, casi como si fuéramos mellizos. Éramos más o menos contemporáneos, aunque él era un poco mayor que yo. Hacíamos travesuras en la escuela, juntos en lo bueno y en lo malo…”
Luego que Fidel y Raúl viajaran a la Habana, tras haber terminado sus estudios en Santiago de Cuba, Ramón, por el contrario, regresó a Birán para ayudar a su padre en el manejo de la finca.
Tras los sucesos del asalto al Cuartel Moncada, Ramón Castro es detenido, pero nunca llegó a involucrarse de forma directa con la sublevación armada.
“Ramón colaboró algo en lo del Moncada —pero no en la lucha por el socialismo…—. Él no sabía lo que íbamos a hacer, pero yo sí le di a entender que estábamos en actividades revolucionarias contra Batista, y él era antibatistiano”, contó Fidel en su libro Guerrillero del tiempo.
Después de la llegada del Fidel al poder, Ramón no ocupó ningún cargo político relevante, aunque si se mantuvo vinculado a la agricultura y en especial a las áreas de cultivo de la caña de azúcar y la ganadería.
Su proyecto más importante fue la dirección del Plan Especial Genético de Valle de Picadura, ubicado al este de La Habana, dedicado al desarrollo y cría de ganado mayor de alta producción lechera.
En pleno período especial, en que la gasolina era difícil de conseguir, los conocimientos de agricultura e ingeniería de Ramón le permitieron producir un combustible alcohólico a base de azúcar de caña y aceite de ricino. Se decía que, jugando con la entrada de aire en el carburador y cerrando el estárter, pudo conseguir que los vehículos revolucionarios funcionasen.
Durante la visita a comienzos del 2000 del presidente del Consejo de Negocios Cuba-Florida, Parke Wright, se le pudo ver acompañándolo con su sombrero vaquero de ala ancha, en lo que se convertiría en la primera compra de reses realizada a un ganadero estadounidense desde 1959.
Cuando su hermano Fidel se enfermó en 2006, y ante los comentarios sobre su posible muerte, Mongo contó jocosamente durante una entrevista concedida al diario español El País: “Nuestro padre murió a los 82 años de una hernia estrangulada. Los gallegos somos gente dura, hay Castros para rato».
Ramón Castro es recordado por muchos porque, aunque nunca vistió uniforme militar, ya entrado en años, su barba con canas le daba un mayor parecido a Fidel. Además, también fue el artífice de la idea de importar vacas de Canadá que, al no aclimatarse de ninguna manera a los campos cubanos, se hizo necesario construir costosísimos establos con aire acondicionado y solamente se podían sacar a pastar de noche… pero eso es otra historia que quizás contemos otro día.
Muchas veces vestía de guayabera y sombrero campesino. Y al igual que sus hermanos, se sabe poco de su vida privada. Estaba casado con Aurora Castillo Valdivia, con quien tuvo cinco hijos. Antes de morir, el 23 de febrero de 2016, a los 91 años, residía cerca de La Habana, en una finca donde se dedicaba a la agricultura.