Hialeah es pastelistos de guayaba y cafecitos: Así vive la ciudad cubana de Florida

Redacción

 

Para miles de cubanos, Hialeah ha representado el nuevo comienzo y la posibilidad de recomenzar sus vidas desde que en la década de 1960 establecieron allí sus hogares al salir al exilio.

A la primera oleada de emigrantes cubanos que llegó a Estados Unidos poco después del triunfo de la Revolución de 1959 se sumarían luego los del Mariel, en los 80, y los balseros de los años 90, quienes se instalaron en la ciudad, atraídos por las posibilidades de empleo y la presencia allí de familiares y amigos.

Cuba está hoy presente por todo Hialeah. En las calles las agencias de viajes venden pasajes a la Isla, la música se escucha a todo volumen y las tiendas se especializan en ropas y productos típicos cubanos.

Hasta guayabas o mamoncillos pueden comprar en los semáforos a los que anhelan las frutas de la tierra que dejaron atrás.

Para los cubanos vivir en Hialeah es como seguir viviendo en Cuba, pero en la abundancia. Hablan español, pueden tomarse un café fuerte en cada esquina y se ayudan los unos a los otros a resolver sus problemas.

También cuentan con la posibilidad de adquirir a bajos precios todos los productos que necesitan para aliviar la situación de sus familiares en Cuba..

En Ñooo que Barato, que algunos conocen como el “el Walmart de los cubanos” los cubanos acuden para armar sus envíos a la Isla pues en él encuentran a los mejores precios desde complejos vitamínicos y celulares hasta uniformes escolares cubanos.

Al ser Hialeah la ciudad más latina de los Estados Unidos cualquiera puede vivir perfectamente allí sin hablar inglés.

Sin embargo, los cubanos entienden la necesidad de hablarlo y se esfuerzan por dominar ese idioma, pues les abre mayores oportunidades de empleo, sobre todo en la administración.

Hialeah, de ciudad industrial que sería identificada en un famoso documental como: “Agua, fango y factoría”, ha pasado a convertirse en una urbe próspera que sus habitantes consideran como tranquila, pero con las “rentas caras” y en la que el empleo no ha crecido mucho en los últimos años.

Muchos cubanos eligen a Hialeah como el primer lugar para vivir tras ingresar a los Estados Unidos. No tener que hablar inglés para conseguir trabajo es una gran ventaja, y la aprovechan; pero con el tiempo comprenden que esa limitación les frena el ascenso en el mercado laboral y una gran parte decide abandonar la ciudad en busca de nuevas oportunidades.

Sin embargo, cuando sienten que algo les falta regresan a Hialeah, pues sólo se siente “más Cuba”, desde el café fuerte hasta el pastel de guayaba que se pueden consumir en cualquier esquina.