En 1918 nació en Holguín Rolando Masferrer Rojas. Militó en la izquierda, lo cual lo lleva a pelear en las filas republicanas de la Guerra Civil Española. Debido a una herida en combate, fue conocido luego como “El Cojo Masferrer”.
Con la caída de la República, regresa a Cuba en 1939 y comienza a trabajar como traductor de cables, al frente de la sección internacional, en el periódico Noticias de Hoy, órgano del Partido Socialista Popular (PSP).
Cuando el PSP lo expulsa de sus filas, Masferrer funda el Movimiento Socialista Revolucionario (MSR), una pandilla gansteril que protagonizó no pocos sangrientos encontronazos con Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), capitaneada por Emilio Tró, veterano de la Guerra Civil Española y de la Segunda Guerra Mundial.
Masferrer solía decir que Tró era un psicópata, lo cual hacia recordar el aquello de la lombriz diciéndole arrastrada al majá.
En el año 1947, dominicanos y cubanos preparan una invasión a República Dominicana para para derrocar a Rafael Leónidas Trujillo Molina, Chapita. En aquel entonces, Masferrer era el jefe militar de del contingente.
Durante el período del mandato auténtico, ocupó una curul en la Cámara de Representantes, una posición que le proporcionó una especie de inmunidad para hacer lo que le dio su reverendísima gana.
Cuando tiene lugar el “madrugonazo de 1952”, se atrinchera en la escalinata universitaria junto a sus seguidores, los cuales se encontraban armados hasta los dientes.
Carlos Prío, quien por aquel entonces contaba con el apoyo de la Federación Estudiantil Universitaria, de la Ortodoxia y de varios regimientos que no se habían sumado al golpe, huye a refugiarse en una embajada.
Masferrer fue un hombre de prensa, al punto de llegar a dirigir, en Santiago, el periódico Libertad, y, en la capital, Tiempo en Cuba.
En varias ocasiones mostró su admiración a los periodistas, aunque siempre decía que los admiraba aún más si eran valientes y capaces de partir, con una pistola en la mano, una carta de baraja a cien pasos.
Posteriormente creo los llamados “Tigres de Masferrer”, de cuyos actos nunca se dirá poco.
Tan solo en una jornada sus tigres mataron a más de quince personas, entre ellas una familia de nueve miembros a quienes incendiaron dentro de su propia casa, con lo cual ocasionaron incluso la muerte de tres niños, entre ellos un bebé de sólo 18 meses de nacido.
Otro día, en la Loma de la Cruz, en Holguín, cinco cadáveres con signos de tortura y disparos ubicados en la nuca. Uno de los cuerpos era el de Santiago Masferrer, quien, pese a ser primo del mandamás de los tigres, cae por orden de su pariente por ser un luchador antibatistiano.
Justo en la mañana del primero de enero de 1959, Masferrer y 24 de sus “tigres”, abordan para huir el Ola Kun II, un viejo guardacostas estadounidense que había adquirido en la Base Naval de Guantánamo y que había convertido en su yate personal. Cuando arriba a costas estadounidenses, el Servicio de Inmigración le ocupó en su equipaje la bobería de 17 millones de dólares.
Sería juzgado en la Causa 42 de 1959, en ausencia del Tribunal Revolucionario de Santiago de Cuba, por los delitos de asesinato, traición, lesión, robo y maltratos, y fue sancionado a la pena de muerte por fusilamiento.
El gobierno cubano había solicitado la extradición el 7 de enero de 1959, sin consecuencias positivas.
Fundó la primera organización contrarrevolucionaria, La Rosa Blanca e incluso montó un operativo para ocupar Haití y convertir a ese país en una base de agresiones contra Cuba.
Como mismo sucede en caso de meter alacranes dentro de un pomo, que empiezan a agredirse con su ponzoña, al poco tiempo todos sus tigres terminaron muerto y su propio destino no fue muy diferente.
El 31 de octubre de 1975, al subirse a su coche y accionar la llave, Masferrer vuela hecho pedacitos.