La distancia que separa a Francia de Cuba es inmensa, no solo si hablamos en kilómetros, sino también en cuanto a historia, idioma oficial, costumbres, entre otras.
No obstante, un curioso lazo que muy pocos conocen une a la perla de las Antillas con el territorio Galo. Se trata del cubano Guillermo Pérez Dressler, quien participó en la construcción de la icónica Torre Eiffel, hace más de 100 años.
Nacido en el municipio capitalino de Guanabacoa en 1980, desde que Guillermo era tan solo un niño sus padres advirtieron en su destreza para crear e incentivaron en él esa práctica.
Los estudios para Guillermo tuvieron que quedar a un lado tras el fallecimiento de su padre y la necesidad de trabajar para buscar el sustento. Es así como comienza a trabajar como aprendiz de boticario y se ve obligado en dejar en pausa sus creaciones.
Gracias al empeño del joven muy pronto pudo hacerse con una beca e ir a estudiar arquitectura en la prestigiosa universidad de La Sorbona, en París. Allí, se gradúa con honores a los 21 años de edad.
Después de graduado obtiene trabajo en la firma Dumouriez, Valmy et Frères, donde se convierte en uno de sus mejores arquitectos, para acometer la reedificación del puente Peronet y la construcción de la autopista Vichy-Nantes, además del diseño del edificio Charpentier y la catedral de Bersy.
A raíz del fallecimiento del rey Ludwig II de Bavaria, en 1886 la familia real lo contrata para levantar la tumba del monarca en Munich, a lo que se suma la construcción del Nomer Platz, y más tarde el hotel Ciboulette du Lac, en Montmartre.
La vida de Dressler cambia un año después cuando su ex-profesor de La Sorbona, el arquitecto Gravier de Vergennes, le presenta a Gustave Eiffel, quien busca un asistente para la edificación de su famosa torre.
Muchos historiadores comentan que hasta Gustave Eiffel admiró el talento del cubano, quien era conocido en Europa como Guillaume Dressler. Se dice que tuvieron algunas desavenencias, pero a la estrella caribeña nunca dejaba de brillar.
Mientras el ingeniero francés se quedaba en el primer piso de la torre, Guillermo supervisaba la construcción de la obra, luego de haber diseñado una cuarta parte de ella.
En una pequeña tarja, en los bajos de la torre, se encuentra reflejados todos los nombres de los implicados en su construcción. Sin embargo, en esa relación no figura el nombre del cubano Guillermo Pérez Dressler.
Dressler parte el 4 de agosto rumbo a Inglaterra en el HMS Forepina. Víctima de una tormenta, el barco naufraga y solo cuatro personas sobreviven. Dressler pereció en las aguas del estrecho de Dover, y su cadáver jamás fue hallado. Su impronta llegó a perderse en el tiempo o en al mar, como le pasó a él…..