En Cuba es muy común escuchar alguna que otra receta de las abuelitas para tratar algunos padecimientos como dolor en las articulaciones, o para aliviar los síntomas de la gripe o los catarros. Ellas siempre tienen a mano remedios naturales para casi cualquier problema de salud que se pueda presentar y hemos crecido viendo como nos cuidaban con sus preparados. A continuación, te nombrarnos algunos de los remedios caseros más conocidos.
1 – Pasta Perla para las quemaduras: La calidad de la pasta Perla a la hora de cepillarse los dientes dejaba mucho que desear. Sin embargo, cuando realmente brillaba era cuando se producía alguna quemadura. Justo en el área afectada, se aplicaba pasta perla y al otro día no había rastro de quemaduras o ampollas.
2 – Miel con limón y gárgaras de agua con sal: Cuando teníamos dolor de garganta, este era el remedio santo.
3 – Caisimón para los pies inflamados: Las hojas de esta planta podían hacer que en poco tiempo bajase la hinchazón.
4 – Romerillo machacado para las aftas en la boca: Cuando salían estas aftas en la boca, comúnmente por alguna deficiencia de vitaminas o proteínas, las abuelas se lanzaban a recorrer todos los patios del barrio para conseguir el preciado romerillo y ayudar a que desaparecieran
5 – Cocimiento de Tilo para los nervios: Un calmante por excelencia para los nervios, sobre todo cuando ocurría alguna fatalidad.
6 – Cucharadita de miel para esconder las pastillas: A los niños cubanos, sobre todo a los más pequeños, siempre es un desafío el hacerle que tomen una pastilla si están enfermos, pero al camuflajearla con la miel, se la tomaban sin chistar.
7 – Aceite de la bodega para sobar el empacho: Algunos abuelos tienen manos prodigiosas, al punto de llegar a eliminar los llamados empachos al sobar con aceite las bolas que se acumulan en los pies.
8 – Pomadita china para gripes y dolores: La pomadita china era utilizada para aliviar dolores musculares, la tos, la congestión y hasta los dolores de muela.
9 – Trucos para matar el hipo: Para deshacernos del molesto hipo no faltaban los consejos de que nos pegasen un buen susto o que tomáramos bastante agua y que luego aguantáramos la respiración.
10 – Compresas para aliviar los dolores menstruales: Las abuelas guardaban unas pequeñas jabas de nylon que solían aplicar con agua tibia para aliviar estos dolores.
11 – Sopa de pollo ante cualquier virus: Ante cualquier tipo de gripes o resfriados, la sopa de pollo, según nuestras abuelas, era lo que nos haría ponernos mejor y había que tomarse hasta la última cucharada.
12 – Carne de res o de caballo para la anemia: Cuando era necesario subir la hemoglobina a los menores de casa, las abuelas, como por arte de magia, sacaban del congelador un pedacito de estos tipos de carne, los cuales siempre estaban reservados para este fin.