Antes era los compradores de “cualquier pedacito de oro” los que andaban y desandaban las calles de Cuba con su pregón.
Desde que la policía se puso para ellos en serio su número ha disminuido, a la vez que se ha multiplicado el de los compradores de pomos de perfume de marca.
Muchos de ellos son personas honradas que buscan la forma de ganarse unos pesos para sobrevivir; pero abrirles la puerta de la casa a estos personajes puede terminar también en estafa y hasta en robo.
El negocio de los falsos perfumes de marca está muy bien estructurado en Cuba. Unos caminan las calles con el pregón ¡Compro pomos de perfume de marca! comprando los frascos a 10.00 pesos y luego los revenden al por mayor a un comprador fijo al doble de ese precio.
Este es el que se dedica al negocio del rellenado y luego distribuye su mercancía a mesitas de ferias y hasta quioscos y tiendas estatales.
Como promedio los compradores, después del pregón pueden conseguir entre 15 y 20 frascos diarios.
Al menos es lo que dicen Hermes y Jairo quienes se dedican al negocio. Ellos sólo compran la línea Fraiche (Chanel 360, Kay Perry, Isis Miyaki…) que tiene más mercado en Cuba y evitan los perfumes demasiado exclusivos, porque “su punto” no se los compra.
Hermes y Jairo no pueden asegurar que su comprador, quien rellena y reetiqueta los frascos de perfume que ellos le llevan, los venda en tiendas estatales; pero no lo descartan.
Una estafa como esa es muy difícil de detectar y genera mucho dinero. Así que interesados entre los dependientes de esos comercios que quieran prestarse como cómplices no escasean.
Los compradores de frascos de perfume aseguran de que es un negocio que da para el diario, con días buenos y malos, pero que se exponen a que la policía los detenga y multe con 1 500 pesos por actividad económica ilícita.
Así que cuando están en las casas y se sienten en confianza aprovechan para comprar oro u otras mercancías que puedan “caminar”.
Una gran parte de la población percibe en los compradores de pomos de perfume a personas “luchadoras” que no hacen “daño a nadie”.
Sin embargo, esa no es la opinión de los que son estafados cuando pagan una gran suma de dinero por un perfume supuestamente “de marca” y son alevosamente estafados.
Tampoco la de la policía que ha asociado a los compradores de oro y frascos de perfumes con varios robos con fuerza. Algunos delincuentes usan esa actividad como camuflaje para “estudiar” las casas en las que son recibidos y regresar luego a desvalijarlas… De todo hay en la villa del Señor.