Para quienes llegaron a disfrutar del Acuario Nacional de Cuba durante su etapa dorada, resulta muy triste visitarlo actualmente y ver el estado en que ha quedado.
Una de las principales atracciones durante casi 20 años fue la famosa foca Silvia, aunque con el tiempo se supo en realidad se trataba de un león marino. Junto a uno de los pasillos se encontraba el pequeño estanque de dos pingüinos tropicales llamados Mercy y Cleo, los cuales fueron traídos desde África en 1985 y estuvieron entreteniendo al público hasta 1992, cuando fallecieron
El show de los delfines suponía un espectáculo impactante y entretenido y se podía disfrutar desde un enorme edificio de dos plantas. En esa época se fomentaba en los niños el cuidado al medio ambiente y aprendían sobre especies marinas en peligro de extinción y colecciones naturales.
Actualmente el Acuario Nacional presenta un alto nivel de deterioro y abandono. Prácticamente no recibe visitantes y el aburrimiento reina en el lugar. Una gran parte de los estanques se encuentran vacíos y las peceras están sucias y abandonadas. Solo pueden ser observadas algunas especies en precarios hábitats.
El único tiburón que queda se encuentra disecado en el museo y en la mayoría de los sitios se pueden observar gatos paseándose tranquilamente como si se tratasen de una atracción más. Las cafeterías y un mal servicio gastronómico, además de muy malas ofertas, dejan mucho que desear.
Las piscinas donde se encuentran los pocos ejemplares de leones marinos se encuentran diseñadas de forma tal que se hace casi imposible poder disfrutar de la interacción con estos animales.
Solamente los shows de los delfines y los leones marinos hacen que valga la pena la visita al Acuario, aunque la actuación de los leones marinos muestran la pericia de los entrenadores y la calidad de la exhibición, equiparando el espectáculo a cualquiera a nivel internacional de este tipo.
La historia de este gran proyecto es similar a la de otros muchos que se han llevado a cabo en la Isla. En sus inicios se tuvieron grandes pretensiones y durante algún tiempo fue una verdadera joya en el país, pero luego vino el descuido, luego el abandono y por último la tristeza de compartir la misma suerte que otras instalaciones creadas en el país.