Siete razones por las que no debes invitar a un cubano a tu casa

Redacción

Siete razones por las que no debes invitar a un cubano a tu casa

No hay nada mejor que compartir con un amigo cubano. Su alegría, los chistes que hacen y su inigualable sentido del humor, hacen que sean el acompañante perfecto para disfrutar de una buena comida y de un rato agradable.

Sin embargo, estas mismas características pudieran llegar a convertirse en un problema. Si no crees lo que estamos diciendo, te invitamos a que leas las razones que te enumeramos a continuación y nos comentes si fallamos en alguna…

La cafetera tendrás que plantarla de inmediato: Lo primero que se le brinda a un cubano es café, incluso antes de que empiece la comida o la tomadera. Ya sea que te guste o no el café, o que no tengas como costumbre prepararlo en casa, si llega un cubano y no tienes café estarás en un aprieto.

Le pondrán apodos a toda la familia: El cubano es confianzudo, en menos de una hora de estar en tu casa ya verá a tu familia como la suya propia y le pondrá igualmente apodos como pura , mi vieja , flaca a tu hermanita o lo que se le ocurra.

Tendrás que cocinar “sin susto”: Si a un cubano lo invitan a comer ya le están avisando que la comida no es un problema. Por lo que si en algún momento le preguntas si desea que le sirvan más, no va a tener el menor de los reparos en contestar positivamente. ¡Asegúrate de haber cocinado un extra!

Nada de protocolos: El cubano no anda mirando si lo reciben con ropa de protocolo. Cualquier cosa que tengas puesta estará bien. No te esfuerces en sacar la mejor vajilla que el cubano no está en eso. Lo mismo come en un plato plástico que si lo dejas se mete contigo para la cocina y te ayuda en lo que necesites.

Tendrás que ser testigo de conversaciones incómodas: El cubano de por si es intenso. La mayor parte de sus conversaciones suelen terminar en el mismo tema (sexo). Puede que comiencen hablando de deportes, pero en algún momento de seguro salta el tema por alguna parte y seguramente son bastante explícitos a la hora de abordarlos. ¡Estás advertido! Obviamente esperamos que participes en la charla sin vergüenza.

Tu casa será una pista de baile: Si no tienes música puesta de seguro que el cubano te la pide después de un par de traguitos. Si nada más pestañeas, verás como el cubano ya te apartó los muebles de la sala y dejó un espacio responsable y listo para tirar unos pasillos.

El volumen: Si te gusta una fiesta calmada entonces no invites a un cubano a casa. En una celebración en la que esté presente un cubano de seguro habrá música alta, chistes y risotadas estridentes.

Todas estas características pudieran ser beneficiosas o perjudiciales según el caso. Es por eso que aquí te las mencionamos para que no te pillen por sorpresa. Lo que si te podemos asegurar, es que si un cubano entra por la puerta de tu casa, el aburrimiento se irá por la ventana.