Grandes cantidades de cangrejos rojos cubanos salen todos los años en el mes de abril de los huecos en los que se ocultan debido a las lluvias de primavera. Estos recorren números kilómetros hasta llegar a los litorales en los que desovan sus huevos.
El ciclo se realiza generalmente del mes de abril a julio, cuando las hembras que han sido fecundadas y que logran sobrevivir a los peligros del recorrido, llegan a realizar hasta tres puestas de huevos en las playas, durante cada temporada reproductiva.
Las incursiones humanas son muy frecuentes durante el recorrido de estos crustáceos y, aunque no todos tienen malas intenciones, la situación de estos cangrejos se ha colocado en el punto de mira tanto de las autoridades como de los científicos.
Durante el trayecto miles son los que terminan aplastados por los automóviles, o los que son cazados por su carne, pese a que las autoridades han alertado en numerosas ocasiones que estos cangrejos rojos son muy tóxicos para la salud. De ingerirse, existe el riesgo de que de forma acumulativa el tungsteno pase al organismo e incida en la disminución de la producción de espermatozoides, así como que provoque diarreas o necrosis renal.
Estas gigantescas alfombras rojas pueden apreciarse en algunas zonas de la península de Guanahacabibes, en Pinar del Río; de la carretera de Playa Larga a Playa Girón, en Matanzas, y lugares costeros de Santiago de Cuba.
Las autoridades han tomado numerosas medidas para proteger el trayecto de los cangrejos rojos hasta los sitios de desove, aunque cada se vuelve más complicado porque esta especie suele atravesar sitios turísticos.
Cada año tres millones y medio de cangrejos rojos son aplastados mientras transitan por la carretera que conduce desde Playa Larga hasta Playa Girón, en la provincia de Matanzas y, aunque esto no supone aún una amenaza para la especie, el Gobierno cubano intentó llevar a cabo una estrategia para impedir lo que consideran que pudiera llegar a ser una “catástrofe ecológica”.
En 2008, las autoridades del Ministerio de Medioambiente iniciaron un proyecto de cooperación internacional que contemplaba la construcción de túneles bajo las carretera paras proteger la especie.
Según el proyecto, se contaría con dos variantes: una con barreras a ambos lados de la carretera y otra con túneles y construcciones laterales en forma de C, por debajo del nivel de la carretera para impedir el paso de los cangrejos, aprovechando el talud de la vía.
No obstante, los cangrejos hicieron caso omiso a los túneles soterrados y se hizo necesario que se realizaran modificaciones constructivas, pero al no contar con un presupuesto adicional para ello, el proyecto no se ha podido continuar.
Los pobladores de las zonas por donde transitan estas manadas de cangrejos rojos cierran puertas y ventanas para evitar que entren a las viviendas, donde rompen vasos y destruyen la ropa, sábanas y causan otros estragos.