A pesar que nunca se contó con pruebas contundentes que lo documentasen, varios sucesos relacionados con Lourdes Martínez Pastrana, habitante del poblado de San Antonio de Cabezas en la provincia de Matanzas, han dado que pensar a muchos que su raro caso tiene más relación con lo divino que con lo médico.
“Todo comenzó cuando tenía 33 años. Hasta ese entonces nunca había presentado ningún síntoma raro hasta que comenzó simplemente a sudar sangre y algunos días más tarde de las manos y los pies también me brotaba en vez de sudor, sangre”, contó en una ocasión.
Desde hace más de 20 años que Lourdes ha sido marcada por lo que parecen ser símbolos religiosos, especialmente cuando se acercaban celebraciones litúrgicas.
Según se dice, llegó incluso a encontrar en uno de sus muslos las siglas INRI, las mismas que fueron colocadas en la cruz en la que Jesús fue crucificado. El significado de esta cruz en español es Soy Jesús de Nazaret, el Rey de los Judíos.
En el municipio Nueva Paz, de la provincia Mayabeque, se ha llevado a cabo varios estudios para determinar la causa de este padecimiento tan peculiar. Sin embargo, ninguno de los médicos cubanos que revisó su caso ha encontrado una razón científica para este raro padecimiento.
Uno de las cosas que más llama atención a los especialistas que la han analizado es el hecho que luego de aplicarse agua sobre las zonas, la sangre desaparece, pero las señales de las imágenes se mantienen como si estuviesen grabadas en la piel.
Hace algún tiempo una periodista de Radio Güines, identificada como Ania Cano Fernández, realizó un reportaje sobre el caso de esta paciente, cuenta que en más de una ocasión tuvo la oportunidad de ver los signos religiosos que se manifiestan en la piel de esa mujer, desde algunas cruces en la frente hasta letras y puntos rojos en manos y pies.
A su vez, el médico Rogelio Fundora Toledo, del Policlínico Felipe Poey, confesó en una ocasión que nunca antes había visto un caso similar, ya que las sudoraciones ensangrentadas son producto de una enfermedad llamada Hematidrosis, y es provocada cuando los vasos sanguíneos son dilatados y contraídos hasta romperse, lo que provoca que la sangre sea mezclada con las glándulas sudoríparas, debido a que el paciente estuvo expuesta a niveles máximos de estrés.
La única posible respuesta científica podría ser la que recoge el libro de Dermatología de Medicina General de Thomas B. Fitzpatrick, en el cual se menciona una entidad patológica denominada púrpura psicógena. Según el texto, estas afecciones de la piel son desencadenadas por el factor psicológico y para su tratamiento requieren apoyo psiquiátrico.