En el año 1961 la CIA encargó un informe a un equipo de reconocidos psiquiatras sobre la personalidad de Fidel Castro que lo definieron como «un líder neurótico, narcisista y cuya única prioridad era mantenerse en el poder»…
La Agencia Central de Inteligencia confeccionó este informé en octubre de 1961, a tan solo dos años después del triunfo de la Revolución cubana y a seis meses que las tropas exiliadas cubanas invadieran la Bahía de Cochinos con la ayuda de Estados Unidos. A su vez, está fechado únicamente diez meses antes de que se iniciara la crisis de los misiles de Cuba.
En el documento, que tenia una extensión de aproximadamente tres caras de folios, la CIA señalaba que Fidel Castro «no tenia nada de loco», aunque poseía una «personalidad inestable y vulnerable a la presión psicológica».
De igual manera, destacaban que le gustaba «sentirse el centro de las masas, que poseía grandes ansias de mantenerse en el poder y que necesitaba estar en conflicto con algún adversario para entender que su existencia era perfecta».
La CIA hace especial énfasis en que el entonces lidera de la Revolución cubana era inestable y necesitaba los halagos de sus congéneres para sentirse pleno: «Excepcionales elementos neuróticos de su personalidad son el hambre de poder y su necesidad de reconocimiento y adulación por las masas: es incapaz de obtener completa satisfacción de cualquier otra fuente». Algo así le sucedía con el Che Guevara, de quien el estudio afirma que era totalmente dependiente: «Su estabilidad emocional sufriría si el Che no mantuviera una actitud firme y positiva hacia él», destacaba el texto.
A su vez, el equipo psicológico afirmaba que cualquier crítica lo volvía «inestable» y hacía que perdiese «el contacto con la realidad».
Con referencia a los rasgos que caracterizaban su personalidad, los expertos consideraban que uno de los más claros era su «egoísmo», característica que llegaron a considerar como su talón de Aquiles.
«Narcisista al extremo, en la victoria debe controlarlo todo, sin delegar autoridad. Cuando se enfrenta a la derrota, su primera preocupación es retirarse para reagrupar sus recursos», precisaba el texto.
A su vez, los expertos también consideraban por entonces que Fidel tenia una gran necesidad de estar controlando a la sociedad y velando por ella como si estuviera formada por menores de edad.
El informe mencionaba a pesar de depender de las masas, «no confiaba en ellas lo suficiente como para llamar a elecciones Su prioridad es mantenerse en el poder»
Finalmente, el documento señalaba la gran capacidad intelectual que poseía y sus dotes como «líder revolucionario y agitador».