Si hubo una mujer que tenía arrebatados a los hombres de Cuba durante los años 80 y 90 esta era sin lugar a dudas Rebeca Martínez. Esta rubia con su cuerpo de sirena bien puede ser considerada como uno de los pocos sex symbol que los medios de difusión cubanos no le cortaron la cabeza después de 1959.
Desde muy joven Rebeca llegó a la fama al ganar en el primer programa “Para bailar”, uno de los shows más famosos producidos por la televisión cubana a lo largo de su historia. Posteriormente, logró afianzar la fama al pasar cerca de 15 años en la televisión con el programa “Gimnasia musical aerobia”.
Fue precisamente este espacio en la pequeña pantalla el que marcó un hito en su carrera al tiempo que la convirtió en el deseo de los hombres cubanos, quienes se quedaban bobos al verla con su pelo rubio y sus licras ajustadas.
Para no pocas mujeres Rebeca no era más que una descarada y una mujer muy fresca que como no tenía talento se había aprovechado de su figura para salir adelante. Otras, la veían como una mujer liberada, que no tenía miedo de lucir bien lo que Dios bien le dio y se convirtió en un ejemplo a seguir. No se pueden contar las mujeres de la Isla que esperaban el programa de Rebeca a las 7:00 de la noche para practicar gimnasia con ella; y hasta se tiñeron de rubio.
Rebeca siempre supo que era una mujer muy deseada, aunque asegura que nunca se esforzó por conseguirlo. Especialmente porque no eran pocas las cartas que recibía –algunas bastante explicitas- de hombres que no se andaban por las ramas a la hora de contarle sus fantasías con ella. Hasta los reclusos le enviaban cartas, lo mismo al ICRT que al INDER.
Algunos incluso fueron más allá y se las arreglaron para hacerse con su dirección y la acosaban en plena calle. En una ocasión su padre tuvo que lanzarle un cubo de agua a uno que se estaba mostrando demasiado “interesado”. Fue una época en la que vivió con miedo.
Rebeca Martínez se conserva estupendamente y aun seduce a no pocos cada vez que aparecer en televisión. Su gran sueño es que algún día la inviten a un gran show de televisión para poder demostrar todas sus cualidades artísticas.
Desafortunadamente, los directores tienden a ser cautelosos a la hora de llamarla. Todavía, después de tanto tiempo muchos siguen pensando que es más cuerpo que talento.
