Si hay un rostro conocido en la Televisión Cubana ese es el de Edith Massola. A sus 52 años, no hay un solo cubano que no sepa de quien se trata y que no tenga una opinión sobre su trabajo: generalmente positiva, aunque como cualquier otro rostro que ha estado durante décadas en el mundo de farándula, siempre están los que no la soportan.
Quizás muchos no sepan que, a pesar de haber alcanzado la fama en televisión, sus primeros pasos fueron en la danza y que despuntó en el cine antes de llegar a la pequeña pantalla.
La primera vez que vimos a Edith actuando fue en la inolvidable cinta “Una novia para David”, en la que venció en el casting a la bella Jacqueline Arenal que entonces estudiaba ballet.
Su actuación en ese filme le abrió las puertas de la televisión, llegando a participar en shows como Sabadazo y en novelas como El año que viene, Salir de noche y Al compás del Son. No obstante, lo que la llevó a la cima de la fama en el mundo de la farándula fue, sin lugar a dudas, su participación en 23 y M, en el cual lleva más de 20 años, los últimos de ellos compartiendo el papel de conductora y directora del espacio.
Edith comenzó en 23 y M sustituyendo nada más y nada menos que al mismísimo Carlos Otero, toda una personalidad en cuanto a conducción se refería y quien dejó el listón bien alto para aquella joven de 29 años que comenzaba a dar sus pasos a ese nivel.
Aunque en un principio su forma de conducir no fue muy bien recibida por algunos conservadores que la llegaron a tachar de “vulgar” y hasta de “payasa”. Ella supo inyectarle al show frescura y un estilo muy personal de conducir que hacía sentir muy cómodos a los invitados. Pronto fue ganándose a la audiencia y al cabo de muy poco tiempo no había una sola personalidad de la farándula que no quisiese pasar por su programa, sobre todo aquellos que se iniciaban en el medio ya que consideraban que esta era una oportunidad excelente para darse a conocer.
Así se ganó a las grandes mayorías, aburridas de los presentadores encartonados y más rectos que un palo que hasta entonces inundaban los espacios televisivos de la Isla.
Oriunda del barrio de Los Sitios, en Centro Habana, Edith Massola vive actualmente en el distinguido Vedado. Sin embargo, aunque el cambio ha sido indiscutiblemente a mejor; Edith reconoce que de no haber pasado su infancia y juventud en este barrio nunca hubiera llegado a ser la tan desenfadada presentadora que tanto le gusta a la audiencia en la Isla.
Durante su trabajo en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), no ha estado exenta de tener que lidiar con algún que otro “personaje” que señale algún aspecto de su trabajo con el que no se siente a gusto.
En una ocasión, uno de estos funcionarios la criticó porque siempre aparecía vistiendo de negro y el Partido Comunista ”pensaba” que esto era una especie de protesta. En realidad se trataba sólo de una “estrategia de comunicación”. Usar una base negra le permitía combinar mejor los accesorios y repetir el mismo vestuario sin que se notara, porque la vista de los televidentes se iba siempre a los accesorios.
Contra todo pronóstico, Edith Massola ha sido la única presentadora cubana que ha trabajado en el Canal 41 de América TV en Miami sin que la hayan crucificado en la Isla. Durante las dos semanas que se mantuvo en la conducción de este espacio, los índices de audiencia no dejaron de subir; y eso que puso bien claras sus condiciones de no hablar sobre temas políticos bajo ninguna circunstancia.