Los prejuicios y mitos que han existido por décadas sobre la religión Abakuá influyen en la conducta social de una organización que tuvo sus inicios en el año 1836, en la localidad habanera de Regla. Muchas personas asocian al hombre Abakuá con un delincuente, aunque lo cierto es que no hay en ese grupo un mayor índice de delito en ese sentido que en el resto de la sociedad.
Durante la época colonial se le dio una propaganda negativa a los Abakuá debido al miedo que existía ante una posible rebeldía por parte de los esclavos. El misterio y el carácter hermético de la misma aún en la actualidad deja un gran prejuicio sobre aquellos que practican esta religión.
El Abakuá es un hombre como otro cualquiera, no porta emblemas distintivos ni posee gestos secretos, como otras organizaciones.
Su comunicación habitual y escritura son las comunes. En sus ritos es donde emplean frases que provienen de sus ancestros africanos. Hoy día es muy común escuchar en conversaciones palabras como “asere”, “paripé”, “nague”, “moroco” y otras tantas. Todas de origen abakuá y con el mismo significado. Algunas de estas frases se han hecho de conocimiento y uso popular como es el caso de Ekue mbori aborekin ñangue, que significa: Chivo que rompe tambó con su pellejo paga.
Algunos Abakuá la ven reflejada en aquellos que son buenos padres, hijos o hermanos, Ellos se reconocen como ambia koneyó (amigos sinceros) y se llaman ecobios (hermanos de religión).
En los Abakuá hay una estructura piramidal como en la masonería. Hay un cumplimiento de determinados mandamientos. Hay un sentimiento de respeto al hermano, que no quiere decir que no se viole en uno y otro lado. Incluso, algunos lo definen como la masonería africana, pues existe una similitud con la simbología que usan como el triangulo o las columnas.
El Ministerio de Justicia de Cuba dictó en el 2005 una resolución en la que reconoce a la Asociación Abakuá de Cuba, y el Reglamento con los requerimientos para pertenecer a esta institución es de consulta pública.
Actualmente existen en Cuba una gran cantidad de seguidores de esta religión. Un censo realizado en el año 2000 arrojó la existencia de 173 juegos y más de 20.000 miembros, pero hoy la cifra es mucho mayor. Ya la raza no significa un impedimento para pertenecer a dicha organización y entre sus filas hay bastantes intelectuales
Hoy se maneja la posibilidad de reconocer a la religión Abakuá como Patrimonio Nacional, tomando en cuenta que es un fenómeno exclusivo de Cuba y especialmente de las zonas donde tuvo sus inicios, en La Habana, Cárdenas y Matanzas.