Con su especie de mezcla entre la trama de “novela de la tierra” a lo Doña Bárbara, y quizás algunas pinceladas de la historia bíblica de los dos hermanos enemigos, Caín y Abel, la serie Hermanos, de la televisión cubana, fue una de las últimas que llegó a alcanzar un nivel de popularidad que pocas veces fue reconquistado en el futuro.
El popular espacio Aventuras ya no existe, y ahora solo se programan, si acaso, series enlatadas, de corte infantil o juvenil, norteamericanas principalmente.
La fuerza de la sangre, que mantiene unidos a dos hermanos, de inclinaciones y temperamentos muy diferentes, es el conflicto principal de Hermanos, y ese problema está realzado por la lucha de ambos, alrededor de 1868, por conservar la tierra, y mantener íntegra la propiedad de la familia, en medio de una sociedad colonialista, abusiva y avariciosa.
En las inmediaciones de la casa campestre, vive el hacendado Don Esteban, quien hace todo lo que sea necesario por apoderarse de todos los terrenos a su alrededor, incluyendo la pequeña finca de los protagonistas.
El momento cumbre de la serie tiene lugar cuando Don Esteban envía a sus matones a que le den un escarmiento a la familia. Posteriormente, los hermanos se separan: Tomás se junta a una pandilla de asaltantes, para hacerse rico y casarse con su novia, y Lorencito se alza como mambí en contra de la sociedad colonialista.
Entre los puntos fuertes de la serie, los cuales hicieron que incluso a más de 30 años aún se recuerde, se encuentra en primer lugar la actuación de sus protagonistas, quienes encarnaron a los hermanos Iznaga: Tomás (Rolando Brito) y Lorencito (Reinaldo Cruz).
Otro de los elementos que más se recuerda de aquella serie era la canción tema de Noel Nicola, la cual hacía mención a un corazón del que brotaron dos semillas, aludiendo a los hermanos Iznaga y, por supuesto, aquel inolvidable grito de ¡Lorencitooo!, el cual marcó la vida de miles de cubanos en el ya desaparecido espacio de las Aventuras.
Por supuesto que el elenco de actores era memorable, y a los dos jóvenes protagonistas se sumaban Héctor Echemendía, Rogelio Blaín, Omar Valdés, Tahimí Alvariño, Tito Junco, Enrique Molina y Orlando Casín, en un reparto all stars adornado también por una actuación especial de Reynaldo Miravalles.
Hermanos fue uno de los últimos momentos verdaderamente memorables en el espacio Aventuras, que enriqueció la imaginación y sembró valores como el amor por la justicia en varias generaciones de cubanos.
Aquí te dejamos a continuación el capitulo completo donde ocurre la memorable escena que marcó para siempre a esta aventura.