La Calabacita, aquella simpática muñequita de trapo que hacía el intento porque los niños cubanos se durmieran (la mayoría de las veces sin conseguirlo), vio la luz el 24 de febrero de 1977.
El personaje terminó siendo el escogido tras evaluar casi 1000 propuestas de las presentadas en el concurso “Es la hora de dormir”, el cual fue organizado por la Federación de Mujeres Cubana (FMC) y el y el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
Su creadora fue Marta Porro y en un principio se crearon dos versiones del dibujo animado que se transmitían a dos horas distintas. La primera estaba dirigida a los niños en edad preescolar y se transmitía a las 8:00 PM y la segunda se emitía para los que ya asistían a la escuela media hora después.
De más está decir que la Calabacitaperdía su tiempo con los niños cubanos, aunque si cumplía con su función social de recordarles a los padres a qué hora debían dormirse los niños y a partir de cual ya no se suponía que estuviesen frente al televisor porque comenzaba la programación para los adultos.
Tan popular llegó a ser la Calabacita que desde ese entonces a las 8:00 de la noche en la Isla se le bautizó como la “hora de la Calabacita”. De hecho, si en las décadas de los 80 y 90 eras tan solo un niño, de seguro recuerdas alguna que otra estrofa de los temas musicales que acompañaban su proyección en la pantalla chica.
Aún resuena en mis recuerdos el eco musical de aquella estrofa que sabiamente más o menos anunciaba: «Ya la noche se está poniendo vieja y allá en el parque duerme una flor, los juguetes están muy cansados, caen en su caja y dicen adiós…»
A lo largo de los años se fueron realizando varias versiones del dibujo animado y el personaje se fue modernizando. De esa forma, los que nacieron en los 80 conocieron a una Calabacita, y los que lo hicieron en el 90 a otra.
https://www.youtube.com/watch?v=TvOG-S9dErg
En la época de verano, la Calabacita tenía otra versión, más típica de esta época, que ilustraba las actividades que hacen los niños durante la etapa veraniega.
Aunque en su momento no pocos niños se molestaban con la Calabacita porque esta marcaba la hora de irse a la cama (tuviesen sueño o no), lo cierto es que actualmente todos los que nacieron en esa época la recuerdan con mucho cariño.