Jutinicú, un pueblito en Cuba maldecido por la Virgen de la Caridad del Cobre

Redacción

Jutinicú, un pueblito en Cuba maldecido por la Virgen de la Caridad del Cobre

En el municipio de Songo la Maya, en Santiago de Cuba, se encuentra ubicado el pequeño pueblito de Jutinicú. Con sus menos de 2000 habitantes y su difícil acceso, algunos mapas ni se toman el trabajo de reflejar este pueblo que alguna vez fue muy próspero, pero que su suerte cambió desde el día en que apareció destrozada una imagen de la de la Virgen de la Caridad del Cobre.

Aunque ya nadie puede precisar el año exacto en que ocurrió el nefasto acontecimiento, si se estima que fue a comienzos de la década de 1960.

Por aquel entonces las relaciones entre el gobierno local y la Iglesia Católica eran pésimas y una mañana, los vecinos descubrieron alarmados que su Virgen de la Caridad, a quien tanto veneraban, había sido robada. La misma que había estado siempre en un recodo del pueblo y que aseguran era de tamaño considerable.

Algunos de los pobladores comenzaron a decir que había sido un delincuente el que la había robado para quedarse el dinero que guardaba en su interior y que luego se había marchado a Estados Unidos; pero esta hipótesis quedó desecha al encontrar los restos de la imagen de la Virgen debajo de un puente. El asunto estaba más claro que el agua: se habían robado la imagen con el solo propósito de destruirla. En sí, la historia no está clara, ni quién la rompió, ni por qué la rompieron tampoco. No se sabe si fue una maldad o que la mandaron a romper.

Desde aquel entonces las cosas fueron de mal en peor en Jutinicú y las nuevas carreteras que se construyeron lo dejaron fuera de las rutas que favorecían su desarrollo comercial. La gente comenzó a dejar el pueblo porque creían que tras la destrucción de la Virgen había quedado maldito.

Tratando de solucionar el problema, a los residentes del poblado se les ocurrió la idea de colocar una nueva imagen de la Patrona de Cuba, justo en el mismo sitio donde había estado la otra.

Con el plan en mente se dispusieron a construir una base de cemento para tal fin, pero cuando llegó el momento de erigir la nueva imagen, las autoridades del municipio no lo autorizaron, alegando que allí se inauguraría el monumento de un mártir y ofreciendo la posibilidad de emplazar la imagen de la Virgen de la Caridad frente la Iglesia del pueblo.

Los habitantes del Jutinicú armaron una protesta de tal envergadura que hasta el sol de hoy no se ha colocado nada sobre aquella base de cemento, ya que consideraban que solo al restituir la imagen de la Virgen en su sitio original se levantaría la “maldición” del pueblo.