Cayo Piedras del Sur, está formado por dos cayos adyacentes de kilómetro y medio de largo en total, situados a unos 15 kilómetros de las costas de la Bahía de Cochinos, con playa por el oeste, y por el este, un entorno marino prácticamente virgen e ideal para el buceo, la caza submarina y la pesca.
Fidel Castro encontró esta especie de paraíso virgen al poco tiempo de la invasión de la Brigada 2506 por Playa Larga y Girón. Hasta ese entonces, el lugar solo era conocido por los pobladores de las cercanías y solamente estaba habitado por un farero, a quien el gobernante mandó a que retiraran del lugar.
Al poco tiempo llegaron las brigadas de la construcción y todo el paisaje de la zona cambió hasta convertirse en un verdadero destino de ensueños y lujos.
Se levantó un muelle de 60 metros de largo; una casa de vivienda familiar (erigida donde anteriormente se encontraba el faro; un puente de 215 metros para unir los dos cayos; un helipuerto; un canal de un kilómetro de largo dragado para permitir la llegada de embarcaciones; una estación eléctrica; un edificio para albergar a cocineros; mecánicos; electricistas; oficiales de radio y guardaespaldas; una reserva de agua potable llevada desde Cienfuegos en una patana, y otra de combustible; un escondite; un embarcadero de 60 metros al que se agregó una patana de 15 que sirve de comedor; incluidos un bar y parrilla; un delfinario y un enclaustramiento para la cría de tortugas.
En el otro cayo se construyeron una casa de invitados con piscina de agua dulce y jacuzzi y una instalación para lanzar misiles antiaéreos. Castro solo aludió alguna vez en público a este paraíso particular como “una modesta cabaña de pescador”.
Tanto los viajes de la familia Castro, como el abastecimiento de ambos cayos, se realizaba mediante un helicóptero soviético MI-8 con capacidad para 24 personas, el cual despegaba desde el aeródromo de Playa Baracoa, a unos 190 kilómetros de Cayo Piedra.
Fidel acostumbraba a visitar el sitio para disfrutar tanto de la pesca como de la caza submarina, para lo que se valía del “nada humilde” yate Aquarama II, que tiene 27,5 metros de eslora, cuatro motores, dos camarotes dobles y capacidad para doce personas. A su vez, la citada embarcación disponía de dos cuartos de baño, un bar en el que faltaba su favorito Chivas Regal, televisión y aire acondicionado. Estaba decorado con maderas preciosas angolanas. Se fondeaba en Caleta del Rosario, una zona militar en la costa de la bahía.
Los viajes del Aquarama II por Cayo Piedra eran un verdadero espectáculo, ya que se hacía acompañar de otros tres barcos: uno de pesca, Purrial de Vicana I o II, y los Pionera I y II. Además, se movilizaba al menos una decena de guardaespaldas, un patrullero de las fuerzas guardafronteras y pilotos de caza MIG, los cuales estaban prestos a despegar desde las Bases de San en San Antonio de los Baños o Santa Clara, en caso del menor de los contratiempos que pudiese surgir.
Sin contar a Castro, sus familiares y camarillas, Cayo Piedra ha sido visitado por muy pocas personas, entre las que estuvo su esposa Dalia Soto del Valle (secreto de Estado durante un largo tiempo), sus hijos con ella y sus nueras y nietos; su edecán Pepín Naranjo; su médico de cabecera Eugenio Selman: el geógrafo y ex capitán del Ejército Rebelde Antonio Núñez Jiménez; y el escritor colombiano Gabriel García Márquez.
A su vez, se conoce que también llegaron a pisar esta especie de santuario de Castro, algunas destacadas personalidades como el l presidente de Colombia Alfonso López Michelsen y su esposa; el gobernante de Alemania Oriental Erich Honecker, (a quien Castro le regaló un cayo de la geografía cubana, Cayo Blanco del Sur, que rebautizaron como Ernest Thaelman); el Presidente de México Luis Echevarría y el ex presidente Carlos Salinas de Gortari; el ministro socialista francés de Cultura Jack Lang; el propietario de la CNN Ted Turner; la periodista estadounidense Barbara Walters; y algunos empresarios y cosmonautas soviéticos.