Durante la década del 30 se hizo famosa en La Habana María Grant Lamigueiro, a quien por su escultural figura la llamaban “Nena Capitolio”.
Nena era muy conocida en todos los sitios que frecuentaba, ya que además de elegante, era una mujer muy divertida y no se perdía ni una en cuanto a bares y música. Su figura monumental ponía de cabeza a los hombres, e incluso cuando ya no era tan jovencita que digamos, seguía manteniendo su predilección por aquellos con mucha menos edad que ella.
La nacida en Cayo Hueso no tenía casa propia, pernoctaba en una casa de huéspedes de la calle San Rafael 358, en Centro Habana. De posición acomodada, frecuentaba los mejores sitios nocturnos de La Habana y estaba acostumbrada a rodearse de amantes mucho menores.
De esta forma conoció un día a Santiago González, que trabajaba en el hotel Bristol y a quien literalmente le doblaba la edad. Como quizás pueda suponerse, cuando Santiago iba con el cake, ya Nena Capitolio venía con el camión de merengue.
El día 23 de septiembre de 1938, en horas de la tarde, Santiago, a quien ella exhibía como un trofeo, se quiso pasar de listo y Nena lo cogió “fuera de base” con otra mujer en la cama, por lo que en un ataque de celos tomó una pistola y le entró a balazos en la habitación de la casa de huéspedes de la calle San Rafael donde ambos se encontraban hospedados.
Para intentar librarse del hecho, se dio un balazo en su brazo izquierdo, tratando de hacer pasar primero el hecho como un pacto suicida entre ambos y luego como una defensa propia, pero sus argumentos no convencieron a las autoridades e investigadores y al final hablaron los hechos.
Por aquella época eran muy comunes en La Habana los hechos de sangre en los que se involucraban mujeres, pero estas eran las víctimas en casi todos los casos.
El caso discutido con delirio a fines de la década del 30 del pasado siglo, se inscribe como una de las jornadas más brillantes de la criminología cubana, mientras la prensa de la época explotaba a su antojo los filones de sensualidad y sentimentalismo, tejiendo a partir de la conducta de los personajes implicados, las leyendas más peregrinas y encontradas.
Luego que el caso saliera a la luz, comenzó un proceso judicial que sonó en todas las esferas y no faltaron las altas figuras políticas que intentaron interceder por ella.
En las investigación participaron los doctores Israel Castellanos González, director del Gabinete Nacional de Identificación, y Manuel Barroso, figuras notables de la Medicina Legal cubana, y en el juicio espectacular que se le siguió ellos presentaron pruebas científicas que desmentían toda otra versión de los hechos.
Nena Capitolio fue hallada culpable del delito de homicidio y condenada a 12 años de privación de libertad, pese a las presiones que altas figuras de la política intentaron ejercer a su favor.