La primera y más implacable guerra de Fidel Castro no fue en absoluto contra Batista, sino contra cualquier revolucionario que le hiciera sombra. Bajo ninguna circunstancia iba a ser desplazado.
Ya en 1955, Frank País era un respetado líder revolucionario, un maestro lúcido, un cristiano devoto y un hombre de acción.
Frank y José Antonio Hechevarría se habían reunido antes y habían desarrollado estrechos lazos de confianza e ideales, especialmente los derechos y libertades individuales y un rechazo visceral a la dictadura militar y al caudillismo.
A medida que la rebelión creció en intensidad, Castro, exiliado en México, sintió que se estaba convirtiendo en una figura marginal. Frank, carismático líder, era el jefe nacional del “Movimiento 26 de Julio” y con José Antonio y el Directorio Revolucionario eran percibidos como héroes de la lucha armada.
Frank tenía 23 años cuando con Celia Sánchez jugaron un papel crucial en la supervivencia de Castro después del desastroso desembarco del “Granma”. Como jefe nacional del Movimiento 26 de Julio, Frank creó una red de clandestinidad de acción altamente eficiente que incluía campesinos de la Sierra Maestra a las órdenes de Crescencio Pérez.
El líder de la clandestinidad del Movimiento 26 de Julio, Frank País, era una síntesis de fe cristiana, dignidad y coraje. Un cristiano fiel y un anticomunista militante, Frank era un héroe que trascendía su época.
La diferencia política entre Fidel Castro y el joven consagrado a la libertad se hizo infranqueable. El 7 de julio, Frank informó a Castro que el ejecutivo nacional del Movimiento 26 de Julio debía estar integrado por seis miembros y que Castro, con menos de cien hombres en las montañas, recibiría un delegado.
El 30 de julio, 22 días después de su desafiante carta a Castro, los hombres de Batista encontraron a Frank y lo mataron. ¿Fue traicionado?
La investigación de los historiadores Rolando Bonachea y Marta San Martín ha descubierto evidencias que apuntan directamente a Vilma Espín, una marxista de la burguesía de Santiago, que coordinaba a los agentes del M-26-7 empleados en la compañía telefónica que monitoreaban las conversaciones de la política de Batista.
Por otro lado, los guardias de Batista también escuchaban atentamente las llamadas telefónicas de los residentes de Santiago. La mañana de su muerte, mientras se escondía en la casa de Raúl Pujols (quien también fue asesinado ese día), Frank recibió una llamada innecesaria de Vilma Espín. Aproximadamente, una hora más tarde Salas Cañizares y sus matones encontraron a Frank y lo acribillaron a tiros. A los 23 años, el héroe de la libertad murió traicionado.
Fidel Castro sabía que había eliminado el desafío más serio para su futuro Gobierno y que finalmente la muerte de Frank País le aseguraba el camino hacia el marxismo-leninismo con su sangrienta cuota de terror y miedo.
Con la muerte de Frank País la luz de la libertad se había apagado…