El Guatao es un pueblito agricultor de la provincia habanera ubicado en las cercanías del arroyo de Bauta, se funda alrededor de 1750. El Guatao adquirió notoriedad por el número tan elevado de fiestas, procesiones y acontecimientos de toda índole que se celebraban anualmente. Una de estas fiestas debe haber llegado a término en condiciones desastrosas, ya que la frase: ¨Terminó como la fiesta del Guatao¨ es aplicada cuando algo llega desfavorablemente a su fin.
Existen cuatro versiones sobre la célebre fiesta:
La versión de los guajiros
Se dice que durante una animada fiesta llovió mucho, se formaron charcos de agua y por consecuencia las calles se convirtieron en un gran lodazal, ¡no se podía dar un paso en aquel fanguero! A unos guajiros asistentes se le desbarataron los zapatos, le echaron de inmediato la culpa al zapatero que se los había vendido, y decidieron ir por él. Enseguida lo encontraron, y allí mismo le dieron una descomunal paliza, originando que los demás asistentes a la fiesta -que por lo visto les gustaba una buena bronca- intervinieran en ella, y finalizara la fiesta en aparatosa pelea.
La versión de los amantes
Este enamorado personaje le prohibió a su amante asistir a las fiestas del pueblo.
Desde luego, tal y como pudiéramos pensar, en la siguiente fiesta se apareció la damisela vestida a todo trapo y usando altísimos tacones. Al verla el amante ofendido le gritó que se fuera inmediatamente a su casa, dando lugar a que la señora se trastornara, y zapato en mano lo atacara a taconazos. Los presentes se sumaron al altercado tomando partido de uno u otro lado, y se armó una colosal reyerta.
La versión de los negros congos
Esta fiesta era de carácter religioso y como se acostumbraba en esos festejos se reunieron todos los sectores de la sociedad del Guatao. Un grupo de negros congos que vivía por la región (antiguos esclavos) y que tenían fama de borrachos, también estaban presentes. De repente este grupo armó una gran algarabía -nadie sabe por que causa-, y sonó el primer piñazo. De los puños se fueron a los machetes, y salieron a relucir armas de fuego. Terminando este festejo a tiros y machetazos en donde desgraciadamente hasta la sangre corrió.
La versión de los libertadores.
Esta es la más idealista y legendaria de todas las versiones. Narra el mito que en 1896 el pueblo del Guatao contaba con gran cantidad de insurgentes, y que un día de fiesta una sección de soldados y guardia civiles españoles, aprovechó la confusión en que se encontraba el pueblo para llevar a cabo una terrible matanza. Terminando con un saldo de 50 muertos y numerosos heridos.
Este acto es considerado una aportación del Guatao a la causa libertadora.