Miguel Ángel Bezos es un inmigrante cubano residente en Estados Unidos hace más de 60 años, pues emigró absolutamente solo al país norteño cuando tenía apenas 16 años y la Revolución de Fidel Castro acaba de expropiar la fábrica de madera de su familia.
Su experiencia de superación ante los obstáculos que le deparó la vida forjaron los valores aguerridos y el paradigma campeador que inculcó a su hijo adoptivo, Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, quien amasó su fortuna con el desarrollo y gestión de la página de ventas en Internet más importante del mundo, Amazon.
El hijo del refugiado cubano suma un capital de alrededor de 146.000 millones de dólares, que logró gracias a la ética de trabajo que aprendió de Miguel Ángel y que este aprendió, a su vez, de su padre.
Miguel Ángel fue uno de los 14.000 niños que fueron enviados solos a Estados Unidos como parte del programa Peter Pan, dado que sus familias recibieron el apoyo de la Iglesia Católica para transportarlos tras las amenazas y rumores sobre la expropiación de la patria potestad de los menores cubanos.
Es actualmente el vicepresidente de la Fundación de la Familia Bezos, una organización destinada a invertir en la educación y la temprana estimulación de niños prometedores.
Bezos padre asegura que la «educación nadie te la puede quitar», pues él fue despojado de todo lo material cuando emigró de Cuba y se separó de su familia; solo le permitían llevar 3 prendas a cada niño.
Dado que no pudo pasar demasiado tiempo con su familia, Bezos se enfocó en pasar tiempo de calidad con Jeff.
Miguel Ángel Bezos conoció a la madre de Jeff estudiando en la Universidad de Nuevo México, al recibir una beca destinada a estudiantes cubanos.
Actualmente, Fundación de la Familia Bezos asigna programas de formación a jóvenes líderes y sobresalientes.
La fundación ofrece experiencias de aprendizaje para todas las edades, entre los que se encuentra, por ejemplo, un programa de conservación ambiental para jóvenes enfocado a los océanos, en vistas a proteger mejor los mares.
También hizo una donación de 2.000 millones de dólares para la construcción de casas para familias sin techo, así como la articulación de una red de guarderías para niños pequeños. Es verdad que esa cifra solo representa el 1,22% de su patrimonio, pero ha entregado otros generosos donativos.
Además, Jeff le propuso al gobierno de la ciudad de Seattle, Washington, en Estados Unidos, que hiciera un recorte a los impuestos de la renta y que, en lugar, las empresas locales se comprometieran a remediar la crisis de viviendas.
Amazon renovó en 2016 un hotel para que se pudieran albergar ahí 200 familias sin hogar, gestión hecha a través de la organización no gubernamental Mary’s Place. También destinó casi 15.000 metros cuadrados de su nueva oficina corporativa a un refugio permanente para personas sin techo.
Su historia de niño refugiado llegado sin recursos y sin poder hablar el idioma no es tan poco común. Steve Jobs era hijo de un refugiado sirio y terminó dado en adopción; luego se convirtió en multimillonario con su empresa Apple.